Días atrás recordaba la muerte de Dolores Vila-Coro, la mujer que nos enseñó que tener hijos no es un derecho.

 

He recordado a esa valiente cuando he leído la siguiente noticia: acusado de negligencia el médico que ayudó a una mujer a tener octillizos.

Al parecer, el buen doctor decidió introducir un montón de embriones a Nadya Suleman y ha ofrecido 8 hijos a quien tenía seis.

No sé porqué se rasga nadie las vestiduras: introducir un montón de embriones en el útero de una señora sometido a fecundación asistida ha sido y es lo más normal del mundo.

A ver si nos entendemos: el engendro FIV se produce de la siguiente guisa: se le provoca a la señora un acelerón hormonal, igualito que si fuera una vaca. Se mezclan y agitan sus óvulos convenientemente, hasta obtener 10, 15, 20 embriones, lo que haga falta.

De entre los conseguidos, unos se congelan y los otros se introducen en la señora que tanto anhela ser madre. Por tanto, ya contamos con seres humanos crioconservados y con otros seres humanos introducidos, aspirantes a bebés.

Ahora bien, si hay suerte -a los médicos no les gusta errar- se producirán tantos embarazos como embriones introducidos, por lo que, como nadie quiere tener octillizos, ni tan siquiera trillizos, se procede a los llamados abortos selectivos, es decir, eliminar a los embriones  presuntamente menos dotados, en un proceso que podíamos llamar evolución forzada o darwinismo volitivo.

Conozco a un matrimonio en el que el esposo está recibiendo atención psiquiátrica. Resulta que su señora quería ser madre así que se sometió a la FIV. Lo consiguió y ahora le sobran embriones en la nevera. El padre, un punto más sensible, está en el psiquiatra porque su señora ya ha experimentado la maternidad, así que no quiere más partos -ya ha satisfecho su deseo de ser madre- mientras el padre vivencia que tiene muchos hijos en la nevera, y no le consuela nada el hecho de que puedan ser utilizados por la ciencia -puntera, ¿eh?-.  

La FIV es la madre de todas las aberraciones pero tiene buena prensa. Sólo eso. En España la inició el Partido Popular con Ana Pastor y la llevó hasta el final la actual vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com