Lo decía ayer martes Benigno Blanco, presidente del Foro de la Familia: una parte de los votantes españoles se han quedado sin representación institucional. Son los españoles que creen en algo, y mi duda es si son muchos o pocos, si se parecen o no se parecen a Rajoy (en la imagen).

Ojalá la cobardía de Mariano Rajoy de retirar la reforma Gallardón (ojo, una ley abortista, muy abortista, no lo olvidemos), provoque aquello con lo que el propio Blanco amenazó: ¿puede provocar que muchos españoles le retiren su apoyo al PP No lo sé.

Lo que sí sé es que la gente que sí cree en algo podría quedarse en casa y no ir a votar. Y sí, si tienen alternativas: por ejemplo, el izquierdista SAIN o por ejemplo el derechista Alternativa Española, que defienden la vida sin ambages. Otra cosa es que votemos a caballo ganador. Bueno entonces no, pero entonces le estamos haciendo el trabajo al arriolismo, nueva religión que consiste en olvidarse de las principios, de las ideas y crear maquinarias de poder para ocupar cuantos más cargos mejor. Y, en cualquier caso, no estaríamos votando en conciencia.

Y en cualquier caso, Arriola y Rajoy pueden estar convencidos de que el voto católico no existe, pero a lo mejor ese voto católico decide quedarse en casa durante las próximas elecciones generales o votar en blanco.

En cualquier caso, dejemos la política y hablemos del aborto. Lo primero, una curiosidad: hasta entre quienes recriminan a Rajoy su cobardía por la retirada de la reforma Gallardón se habla de la indefensión de la mujer. Muchos ni mencionan al niño. Para entendernos, porque si no, no nos vamos a entender. La víctima principal del aborto es el niño -o la niña- no la mujer. La mujer queda abandonada y probablemente traumatizada, pero el niño -o la niña- muere. El aborto no es un asesinato de la madre sino del hijo.

Vamos ahora al juicio sobre la derecha española y el aborto. La historia del PP es ésta: con Aznar, no modificó la ley de Felipe González de 1985. No sólo eso, sino que introdujo en España la píldora abortiva y la más peligrosa de todas: la abortiva píldora del día después.

No sólo eso, el PP comenzó otra tragedia oculta que se perpetra en España: la utilización de embriones humanos como cobayas de laboratorio. Son los 'embriones' sobrantes de la fecundación in vitro, que ha supuesto la utilización a lo Mengele de embriones humanos para no lograr ningún éxito científico.   

Así que nadie puede asombrarse de la salida de pata de banco de Rajoy. El PP es un partido, no sólo abortero, sino muy abortero. Y es evidente que un cristiano, o un provida, no puede votar al PP. Es decir, no puede seguir engañándose a sí mismo.

Eulogio López

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