Me he quedado de piedra. Con la que está cayendo, me puedo esperar de cualquier colectivo profesional una arremetida contra el aborto, pero no por parte de los médicos.

Resulta que la Organización Médica Colegial, a cuyo frente se sitúa Juan José Rodríguez Sendín (en la imagen), representante de los defensores de la vida del pueblo español -los médicos-, ha decidido ejercer su muy ética función exigiendo al Gobierno que reinstaure -antes de ser abolido- el aborto eugenésico. Vamos, que a los mandamases de la organización médica española no les gustan los débiles, ni los retrasados, ni los disminuidos. En primer lugar dan mucho trabajo (deberían desearlos, dado el paro que hay en la profesión) y, en segundo lugar, a ciertos médicos, por ejemplo a los de la OMC, nos les gustan los débiles. Y entre los más débiles figuran los minusválidos psíquicos. Cuanto antes te los cargues, y de forma más higiénica, mucho mejor. Además, en el seno materno no hacen ruido.

No sólo eso, la OMC asegura que el Gobierno tiene la obligación de conjugar "distintas sensibilidades". Es decir, debe contentar a quienes exigen matar a todos los nasciturus de menos de equis meses y a aquellos otros que sólo proponen matarlos mientras haya un excusa por muy estúpida que sea. Gobierno: contenta a ambos.

Para ayudarles en su tarea, los médicos, gente encargada de salvar vidas, según me comentaron, piden educación sexual y reproductiva "decidida". Vaya, que ya está bien de mariconadas. Aquí el fornicio tiene que ser fornicio informado: que, desde su más tierna infancia, los niños sean expertos en cómo hay que copular para evitar el peligro. Peligro que consiste, como pensaría cualquier carca, no en encallecer el corazón, ni tan siquiera en contraer el sida sino, en lo más terrible de todo: en procrear. 

Esto es, la OMC exige un muestrario completo para que no se produzca ni un sólo embarazo no deseado y, mayormente, tampoco de los no lo deseados. Para algo somos médicos, ¿verdad

También exige nuestro hombre, el Sendín, que las adolescentes guarras que se vayan de noche loca los sábados puedan recibir el lunes, por la mañana, o el mismo domingo, en tiempo y forma -y naturalmente gratis- una píldora del día después (PDD), que nunca será abortiva mientras no haya habido embarazo. Si lo ha habido, entonces sí, pero de eso no tiene culpa la PDD.

La parte mejor, la que nos indica claramente que la licenciatura en Medicina no es necesariamente incompatible con la macedonia mental infinita, viene ahora. Ojo al dato: según el texto de la OMC, la mujer que desee abortar "no debe ser considerada ni definida de antemano como una enferma mental". Estoy de acuerdo. Ni de antemano ni a posteriori. Incluso puede ser una miserable y una cobarde, o una mezcla de ambas, pero no: no tiene por qué estar loca.

A continuación (o se equivoquen, estoy hablando de la cúpula de la Organización médica Colegial, en serio) los médicos capitaneados por Sendín ponen en solfa a sus propios colegas, cuando critican que no les parece bien que la decisión de firmar si una mujer puede sufrir trastornos psíquicos en el caso de no abortar no puede quedar en manos del "criterio de cada profesional".

Tiene toda la razón mi pobre Sendín: si dejas el visto bueno al aborto en manos de un psiquiatra hasta puede suceder que el tal psiquiatra, a pesar de su especialidad, tenga sentido común, y entonces decidirá, en el 100 por 100 de los casos, que no existe peligro psíquico alguno para una mujer que decide tener a su hijo y no abortar. Es más, decidirá que cuando realmente se arriesga a trastornos psíquicos graves, si lo hace, sí aborta a su hijo

Pero tranquilo, Sendín: eso no va a ocurrir. Las clínicas aborteras se encargarán de buscar a los profesionales adecuados que no pongan pega alguna a la matanza, como vienen haciendo desde hace casi 30 años. No sufras, Sendín: todo está atado y bien atado.

Además, no se crean que todo el comunicado de la muy médica y muy colegiada organización resulta tan vomitivamente abortista. No, estos chicos pueden no tener conciencia… pero tampoco tienen estómago. Así, están dispuestos, por pura generosidad -entiéndanlo- a que cuando aborta una menor de 16 años al menos tengan que advertir al padre o a la madre (depende de cuál sea más criminal, supongo) del hecho. Eso sí, si la decisión de la adolescente de 'librarse del paquete' pudiera provocar violencia familiar, se podría optar por callar el hecho a papá y a mamá. Ya se sabe que hay papás energúmenos y mamás fascistas.

Y a todo esto, ¿qué coño hacen los médicos españoles cuando sus representantes de la OMC vomitan estas bestialidades ¿Callan Pues entonces están otorgando… tragando aquiescencia a las brutalidades del doctor Sendín, que no hizo el juramento hipocrático porque es un tipo de lo más moderno.

Y a todo esto, ¿quién compone la cúpula de la OMC

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com