El presidente de la compañía defiende el modelo industrial de Abertis frente al de ACS y el de CVC... justo cuando el fondo de capital riesgo busca capital para lanzar una OPA de control. Artur Mas no quiere que la Caixa venda. En cualquier caso, si Abertis cae en manos de CVC y de su socio, Florentino, la desguazará

Dos discursos, dos mensajes en la copa de Navidad de Abertis para los medios de comunicación en Madrid. Y un solo punto en común: la felicitación navideña y los buenos deseos para 2011. El consejero delegado de Abertis, Francisco Reynés, defendió el futuro de la compañía y, como prueba de la confianza del mercado, esgrimió la entrada del fondo CVC en el accionariado, pagando incluso más de lo que el mercado exigía en el periodo de autos.

Por su parte, el presidente de Abertis, Salvador Alemany, elogió la marcha actual de un grupo que ha sabido resistir a la crisis. Las claves, la restricción en el gasto y la compensación de los efectos de una economía débil en España con la recuperación que ya se empieza a producir en el resto de Europa, que ya registra un incremento del tráfico en las autopistas francesas. Pero, sobre todo, Alemany cree que la política de Abertis es modélica porque se dedica a gestionar, es decir, a generar crecimiento por sí mismas y no sólo a construir para después vender (léase modelo ACS) o a entrar en empresas con el objetivo de obtener un beneficio rápido (léase modelo CVC).

Precisamente en estos momentos, CVC aspira a hacerse con el control de la compañía. La estrategia no es nueva: obtener financiación, comprar, vender activos para obtener dividendos extraordinarios y vender de manera que se pueda pagar el crédito y, además, conseguir beneficios. Lo más difícil de todo esto es obtener la financiación necesaria, como quedó demostrado cuando CVC se hizo con los 1.800 millones para entrar en Abertis. Ahora, podría intentarlo por dos medios: a través de una OPA sobre el 100%, que requeriría 12.000 millones, tal y como publicó el semanario británico The Sunday Times; y la otra alternativa es una OPA de control que posicione a CVC como accionista mayoritario (actualmente tiene el 15,5%), para lo que el fondo sólo necesitaría entre 5.000 y 5.500 millones y convencer a la Caixa para que venda. En cualquier caso, venda o no venda, el mero anuncio de la OPA ya ha desestabilizado la cotización de Abertis. Al conocerse la información con un Ibex 35 en punto muerto, Abertis subía un 1,61% y Criteria, principal accionista de Abertis subía un 1,65%.

A quien no gustaría la idea sería al nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, que desea que Abertis continúe siendo una empresa catalana.

En Abertis se juega el modelo industrial de la Caixa, de Cataluña y, probablemente, de toda España. Hablamos de una compañía que posee intereses en comunicación por satélite y en Televisión Digital Terrestre (TDT), es la primera concesionaria de autopistas de Europa, el segundo operador de aeropuertos y una empresa que trabaja en 17 países. Someter a este monstruo a las fórmulas del capital riesgo sin otra necesidad que la de que Florentino Pérez pueda comprar más iberdrolas, resulta, cuando menos, peligroso. Porque, no lo duden: si CVC se hace con el control de Abertis la desguazará. ¿Permitirían Francia o Alemania que sus empresas estratégicas cayeran en manos de los depredadores del capital-riesgo?

Por cierto, en conversación con los periodistas que asistieron al encuentro de este miércoles, Alemany explicó su nueva situación al frente del consejo asesor en materia económica para la Generalitat catalana. En opinión del presidente de Abertis, cabe compatibilizar ambas tareas dado que es muy normal la colaboración entre empresarios y políticos; Alemany considera además que es necesaria esta colaboración público-privada, dado que los Gobiernos están muy solos.

Rodrigo Martín

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