Gran follón el que se ha armado con la intervención de Juan Manuel de Prada en la X Jornada de las Comunicaciones Sociales, que organiza cada año el Arzobispado en Madrid. Lo único que hizo el novelista fue dejar claro lo que es y lo que no es un medio de comunicación cristiano. Y eso ha sentado muy mal.

Al menos, dos medios se han dado por aludidos: COPE e Intereconomía -el presidente de éste último, Julio Ariza, abandonó la sala cuando hablaba De Prada-, quizás porque son los dos que tienen vitola de ideario cristiano. ABC y La Razón defienden algunos valores no negociables como la vida, pero a los cuatro puede decírseles aquello de plurales, es decir, un pelín neuróticos. Y todo esto lo suelto yo, no De Prada.

En pocas palabras, lo que el articulista vino a decir es que un medio cristiano no tiene que ser pietista, es decir, un medio dedicado a retrasmitir actos religiosos pero que tampoco puede ser un medio dualista que establezca una muralla entre el plano natural y el sobrenatural. De Prada lo contó así: No se puede juzgar lo sobrenatural con criterio católico, y lo natural con criterios ajenos a la fe porque, entonces, para juzgar la realidad, en vez de adherirte al pensamiento católico te tienes que adherir a una ideología ajena o, lo que es peor, a un interés ajeno, y manejarte con conceptos que excluyen lo sobrenatural.

Traduzco a la bajura: la clave del periodismo católico es que nadie da lo que no tiene. No puede hacerse periodismo cristiano con periodistas agnósticos. Este era el problema de Federico Jiménez Losantos en la COPE y seguirá siendo el problema de la COPE si el sustituto de Nacho Villa es Ernesto Sáenz de Buruaga.

Citando una vieja tautología, periodista católico es aquel que es periodismo y es católico (grandiosa definición la mía). Periodismo es hablar de lo que ha pasado hace una hora o de lo que está pasando ahora mismo. Católico es un adjetivo pero un concepto sustantivo que no sólo debe aplicarse al llamado periodismo religioso sino al político, al económico, al internacional y también al deportivo y taurino. Porque la moral no es más que una escala de valores y el hombre, animal aproximadamente racional, piensa en juicios, en juicios de valor, en juicios morales.

Traducido: el problema de ABC, La Razón, la COPE, Intereconomía, consiste en sacrificar el éxito a su ideario. Si la cosmovisión cristiana no está de moda -algo que me niego a aceptar- entonces no puedes ser cristiano y triunfar en el mundo mediático. Tendrás que renunciar a uno de los dos: a Cristo o al éxito. Lo que no puede hacerse es fichar a periodistas agnósticos para medios cristianos y luego darle una patina eclesial. De ese mejunje, a lo más que puede salir es empalagoso clericalismo, no periodismo cristiano. O, como decía cierto amigo mío, eso es como cuando un pío creyente comprara el puticlub del pueblo para cerrarlo pudorosamente los domingos y fiestas de guardar.

El periodismo católico tiene que hablar de la crisis financiera, producto de la inmoralidad de la especulación en los mercados de valores. Eso es periodismo cristiano pero no es periodismo religioso.

Para hablar de periodismo dual, yo hablaría de esquizofrenia porque para eso soy mucho más bruto que De Prada. Y, en el mejor de los casos, saldrá un periodismo pepero, derecha pagana, compuesto por la progresía de derechas, esa que está convencida de que España se recristianizará cuando echemos a ZP de La Moncloa.

Insisto: nadie da lo que no tiene. Sólo periodistas cristianos, y además cristianos coherentes, pueden hacer medios cristianos. Si son buenos periodistas harán buen periodismo cristiano. El buen periodismo católico no pueden hacerlo agnósticos ni pueden hacerlo curas, ni tampoco, cristianos de misa de doce, esos buenos ciudadanos que al, entrar en la redacción -Chesterton dixit- dejan en el perchero el sombrero... y la cabeza (lo peor es que algunos están tan aburguesados que también dejan el corazón). Y, precisamente por eso les llaman profesionales.

En plata y con el exclusivo ánimo de meterle el dedo en el ojo: ¿pueden la COPE e Intereconomía convertirse en derecha pagana disfrazada de cristiana? Sí, pueden. Es la deriva que han tomado. Carlos Dávila no puede dirigir un periódico cristiano porque no es cristiano y le honra su sinceridad al advertirlo. Ernesto Sáenz de Buruaga -al parecer sustituto de Nacho Villa- no puede hacer un programa cristiano porque no es cristiano. Ambos no son de la Iglesia, son del PP, que -no se lo van a creer- no es exactamente lo mismo. De ABC y La Razón a lo mejor no necesito realizar tantos distingos.

Simplemente: nadie da lo que no tiene ni nadie hace lo que no sabe hacer... o lo que no se atreve a hacer.

Oiga, ¿y no estará usted entrometiéndose en la conciencia de cada cual? En la conciencia no, en las convicciones, que no es lo mismo. Y sí, tengo que entrometerme porque todo lo anterior no sería válido si estuviéramos hablando de una fábrica de embutidos, de una cadena de montaje de automóviles o de una panificadora. Hablamos de comunicación, de trasmitir mensajes, algo que se hace en educación, en periodismo, en política, etc.

Y no lo olviden: si la coherencia con unos principios no triunfa en prensa no hay que cambiar los principios, sino el mundo... o renunciar al éxito en ese mundo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com