La ensoñación nacionalista vasca es la de la vieja canción abertzale: 4 7=1. Es decir, las tres provincias vasco-españolas -Vizcaya, Álava y Guipúzcoa-, las tres provincias vasco-francesas -Zuberoa, Bembarre y Lapurdi- (o, si lo prefieren, Soule, Baja Navarra y Labourd) y la propia Navarra, unidas bajo una misma bandera, nación, patria y partido, a ser posible el PNV.

Ahora bien, es Navarra quien une el sector francés y el español y los Pirineos los que dividen el gran Euskadi, señal evidente de que los pirineos son galo-españolistas y, en cualquier caso, muy fascistas. Pero, sobre todo, es Navarra la que aportaría el 50% del territorio, porque el antiguo reino es tan grande como las seis provincias, aunque se encuentre menos poblado. Por ser, es hasta más rica.

Sin Navarra. El gran Euskadi, objeto de los desvelos nacionalistas, no es más que dos isletas unidas por el istmo de Irún, donde apenas cabe el cordón fronterizo. No sólo eso, los navarros, que por algo fueron reino, han tonteado con Francia y España, y los muy degenerados se han visto influidos por judíos y musulmanes, por castellanos y aragoneses, y, sobre todo, por el Cristianismo, tanto o más que por los vascones. Por último, y también son ganas de molestar, si al origen del pueblo vaco nos remitimos, resulta que lo encontramos en Navarra, que no en Bilbo, por lo que si jugamos a la tontuna nacionalista, debemos concluir que debe ser Euskadi quien se integre en Navarra y no Navarra quien se integre en Euskadi. Lo cual, qué quieren que les diga, resulta muy molesto.

Un dato: No es casualidad que Batasuna esté celebrando la mayor parte de sus actos públicos en Navarra. No cuando quiere hacer una demostración de fuerza, porque no tienen fuerza en la Comunidad Foral, pero sí cuando pretende que las cámaras de TV les filmen como unos buenos chicos que hacen política de izquierdas, pero muy civilizada.

Por eso, cuando en Pamplona oyen hablar de paz en Euskadi se tientan la cartera. Sospechan, algunos incluso saben, que para un gobernante como Zapatero lo más cómodo es ceder Navarra a los vascos. De la antigua alternativa KAS, constituye lo más sencillo.

Pero lo que nadie podía sospechar es que zapatero se quitara tan rápidamente la careta, No se pierdan el resumen que ha realizado un redactor de Hispanidad sobre la entrevista que Carlos Francino (SER) ha realizado a Zapatero. Tas dar muchas vueltas a la cuestión, al final Zapatero acaba por reconocer, tras dar más vueltas que un peonza que sin ETA toda opción política es posible. Incluso más. esta es la grandeza de la democracia. Traducido : si ETA abandona definitivamente las armas también podemos hablar, a cambio, como precio, de Navarra.

Por cierto, que ante un gobernante tan democrático, surge el eterno callejón sin salida de todo nacionalismo, su problema insoluble. Porque el nacionalismo no habla del Estado de derecho, sino del tamaño del Estado, dicho de otra forma, ¿quién debe votar en un presunto referéndum sobre integración de Navarra en el País Vasco : los navarros, todos los vascos, todos los españoles? En el primer caso, el resultado será no, en el segundo sí, en el tercero super-no. Por cierto, a lo mejor los franceses también quieren dar su opinión.

Es lo mimo que ocurre con el Estatut catalán. ¿Quién debe votar la norma: los catalanes o todos los españoles? Porque para los no nacionalistas, Cataluña es una parte inseparable de España. En resumen: el nacionalismo no tiene salida democrática.

Y el temor navarro no es baladí. Zapatero no marcará 160 en un test de inteligencia, pero es astuto y su nivel intelectual y erudito es de de un alumno de primaria no demasiado avezado, pero es listo, y posee un olfato político envidiable. Poco le importan los principios, sino todo aquello que pueda mantenerle el mayor tiempo en el puesto donde más le gusta estar: en su actual cargo. Y para lograr ese objetivo sabe que en un país como España son las minorías nacionalistas quienes deciden el desempate entre dos fuerzas políticas muy igualadas, como son el PP y el PSOE. Y no nos engañemos: Unión del Pueblo Navarro no es otro partido : de hecho, el PP no funciona en Navarra y su representación la lleva UPN. Por tanto, si los nacionalistas vascos quieren Navarra, Zapatero está dispuesto a dársela.

En nombre de la democracia, claro está.

Eulogio López