Preguntada por la decisión de los militantes del PSE que han decidido dejar de llevar escoltas para impulsar el proceso, a María San Gil le parece el mundo al revés. ¿Lo lógico no sería que ETA dejara las armas para favorecer el proceso? ¿No sería lógico que exigiéramos a ETA que dejara de matar?, ha preguntado y ha añadido que a ella nadie le ha llamado, ni el ministro ni el consejero para decirme que podemos dejar los escoltas. Seguimos teniendo escoltas, y cambiando itinerarios. Si los cargos electos socialistas tienen una información que no tenemos, ellos sabrán.

 

Sobre mi conciencia no va a recaer que a mis militantes les pase algo, yo no tengo la certeza de que ETA vaya dejar de matar, ha habido ayuntamientos en los que han entrado los violentos. El ambiente no nos hace entender que vamos a poder vivir tranquilamente. A mis cargos electos, hasta que alguien no nos certifique que pueden dejar la escolta, yo no lo voy a hacer, ha insistido San Gil.

 

Y respecto a la querella de su compañero de partido Alberto Ruiz Gallardón contra Federico Jiménez Losantos, por las declaraciones de éste en las que decía que al alcalde de Madrid no le importan los muertos del 11-M, San Gil ha dicho que no tiene ninguna duda de que mi compañero Alberto quiere saber lo que pasó el 11-M, que haya una verdadera investigación, y que quiere saber qué pasó, y que va estar en esa manifestación y para decirle al presidente que no negocie en nombre de las víctimas.