El Plan Estratégico de la compañía ojo, aún no aprobado por el Consejo- pretende unir todas las emisoras de radio y sacarlas a bolsa. Asímismo, también Santillana puede ser objeto de venta. PRISA abandonará paulatinamente la prensa y la radio para centrarse en televisión e Internet. Para algunos directivos, no sólo es que PRISA-Sogecable haya dejado de crecer, sino que ha llegado el momento de la segregación. Hasta que el Plan Estratégico no sea aprobado y aplicado, Polanco no abordará su sucesión

Los analistas y las agencias de riesgo lo recuerdan un día sí y otro también: el conglomerado multimedia más importante de España, el grupo PRISA de Jesús Polanco, tiene una deuda de 2.600 millones de euros. A ello habría que añadirle la deuda de Sogecable, dada su especialísima estructura accionarial: la gestión es cosa de PRISA al 100%, pero no los títulos, y a nadie se le oculta que con mucho gusto Telefónica se marcharía del capital hoy antes que mañana. Además, el todopoderoso Polanco continúa ejerciendo lo que se conoce como la táctica de la bicicleta: una gestión acelerada en la que tienes que pedalear continuamente o simplemente te caes. Dos ejemplos: la pelea por los derechos del fútbol y la compra de la portuguesa Media Capital. Respecto a lo primero, los derechos de retransmisión del fútbol han alcanzado unos precios desorbitados. Sin embargo, Polanco no puede bajarse de ese tranvía en marcha, especialmente para mantener el monopolio de la TV de pago por satélite. Otrosí, Polanco suspira ahora porque en uno de sus maravillosos cambalaches político-empresariales el Gobierno Zapatero convenza al gobierno Portugués de José Sócrates de un trato de favor que le permita no tener que adquirir el 100% de Media Capital, editora del canal de televisión TVI, líder de audiencia en Portugal.

Todo ello exige endeudarse más y llega un momento en que las nuevas tecnologías por ejemplo, Internet o la TV por ADSL- o los nuevos formatos prensa gratuita-, así como la subida de tipos, no permiten demasiadas maniobras.

Dentro del Plan Estratégico insistimos, aún no cerrado- y con el objetivo último de reducir, o al menos ralentizar, la deuda, se contemplan las siguientes líneas de actuación. Lo primero unir todas las emisoras de radio, tanto europeas como iberoamericanas, en una sociedad y sacarlas a bolsa. Esta paquetización fue un invento de Juan Villalonga cuando era presidente de Telefónica. Curiosamente, PRISA plantea este proyecto cuando Telefónica y otros paquetizadores están dando marcha atrás, a pesar de la buena coyuntura bursátil.

Lo más sorprendente del espíritu del Plan Estratégico es que los dos buques insignia del grupo pasarán a ser marginales en el futuro. El País sigue perdiendo circulación y en PRISA están convencidos de que la prensa de pago es un producto del siglo XX y que no va a perder su batalla contra los gratuitos, es que ya la ha perdido. Del mismo modo, la SER, el mejor negocio de los últimos años, así como la capacidad de generar ingresos e influencia vía radio está puesta en entredicho. Es más, a mayor abundamiento, el Plan Estratégico considera que PRISA debe volcarse en la TV e Internet y mantener un crecimiento vegetativo en prensa y radio.

En definitiva, que Cuatro y Digital Plus, el segmento audiovisual que lidera la nueva generación dirigida por Javier Díez Polanco, el sobrino de don Jesús, es al que se dedicarán mayores esfuerzos. No es casualidad que las dos obras de Juan Luis Cebrián, El País y la SER, pasen a segundo plano. Y es que el Plan Estratégico de Polanco tiene mucho que ver con su sucesión.

Al mismo tiempo, la parte quizás más floja y vaga del Plan Estratégico es la creación de una gran plataforma de Internet. El plan de Polanquín es el siguiente: consolidar la TV de pago por satélite antes de lanzar una gran plataforma tanto informativa como de ficción a través de Internet. Repárese en que el punto de fricción entre Polanco y su socio de Telefónica es precisamente Imagenio, la televisión por ADSL de Telefónica. Digámoslo de otra manera: Telefónica quiere marcharse de la TV por satélite, mientras que Polanco no sólo quiere que no se marche, sino que desearía ser socio de la operadora en Imagenio. Mientras Telefónica esté en el accionariado de Sogecable, podrá ayudarle a mantener un nivel de deuda que no encienda las alarmas de los analistas. Al mismo tiempo, Polanco es el primer operador español en derechos de todo tipo de productos audiovisuales, ergo -sueña Polanquín- Sogecable puede ser el gran proveedor de contenidos no sólo de la TV por satélite, sino también de la TV por Internet.

Lo que, dicho sea de paso, supone otro cambio generacional: los sesentones de Cebrián consideraban que lo importante era la producción, tanto de información como de ficción, aunque sobre todo de lo primero. Por el contrario, los cuarentones de Polanquín prefieren hacer de intermediarios de derechos y dedicarse a la emisión. La producción se la dejan para los intelectuales. Eso sí: los polanquines son menos sectarios que los cebrianes

Estrategia y sucesión vuelven a darse la mano, dado que, como todo el mundo sabe, Javier Díez Polanco no soporta a Juan Luis Cebrián. La única condición que polanquín impone a su tío para sucederle es que su retirada coincida con la de Cebrián. Y aún más: Díez Polanco sólo ha permitido cebrianes en Cuatro, entre otras cosas porque está convencido de que tardará diez años en ser un buen negocio y alguno más en amortizar la inversión realizada.

Y qué decir de los libros. Santillana es un buen negocio, pero el Plan afirma que todo debe sacrificarse en el altar de la TV y de Internet (o de la TV por Internet). Además, Polanco ya no tiene claro quién va a llevar adelante el negocio de los libros, que hasta el momento ha llevado Isabel Polanco. Respecto a sus hijos, Manuel e Ignacio, han sido nombrados consejeros de Sogecable, sí, pero siguen sin gestionar el corazón del negocio. Por tanto, no es descartable que el grupo Santillana cuente con nuevos socios o que, incluso, se vendiera en su totalidad. Desde luego, José Manuel Lara estaría dispuesto a empeñar su casa para comprarlo.