El gigante azul se convierte en un negocio virtual

 

IBM ha ido convirtiéndose, cada vez más, en una marca virtual. Poco a poco ha franquiciando su negocio permitiendo que sean otros quienes fabriquen para él. Es el modelo Nike, en el que la compañía de productos deportivos se ha limitado prácticamente a realizar un control de calidad.

La consecuencia es que los franquiciadores obtienen buenos resultados por prestar su marca; los franquiciados asumen los riesgos y la responsabilidad de gestionar la fabricación y comercialización y el empleo acaba precarizándose para que todos puedan obtener los márgenes que desean.

Con respecto a la justicia social y a la redistribución de la riqueza, el modelo es absolutamente nocivo, pero para sus ejecutores funciona. De hecho, IBM obtuvo en 2010 un beneficio superior a los 11.000 millones de euros, un 10,5% más que en 2009.

Mariano Tomás

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