Al parecer, en Chile no ocurre lo mismo que en España. No tienen el menor problema en invitar al presidente de Alternativa España (AES), Rafael López Diéguez, a intervenir en un congreso sobre Católicos y Vida pública. El sambenito de ultra no les basta. Simplemente, los chilenos ven en él a una de las escasísimas formaciones políticas españolas, todas ellas fuera del Parlamento, que defienden los valores no negociables de Benedicto XVI: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. y quien lucha por esos principios, simplemente no puede ser un ultra. Sin embargo, en su patria, en España, se le condena al silencio. Cuanto más lejos de él, mejor.

Al Partido Popular sí le preocupa AES. Al menos en Madrid, le preocupa a Esperanza Aguirre, como le preocupa. Con la presencia de UPyD, de Rosa Díez, un partido laicista, abortero y anticlerical, pero que engaña a muchos católicos con la defensa de la unidad de España y que enarbola el anti-nacionalismo, Esperanza Aguirre puede perder la mayoría absoluta en Madrid. Es su principal preocupación, ciertamente, pero, precisamente por ello, es posible que el Gobierno madrileño se decida por un puñado de votos, que bien podrían ser lo que ha dado en llamar voto en valores.

Pues doña Esperanza lo tiene fácil. Si quiere asegurar el voto católico debería empezar por suprimir todas los convenios con clínicas abortistas privadas, es decir la financiación de todos los abortos en los matadores de propiedad privada (se supone, aunque siempre se puede luchar, que en los hospitales públicos no puede hacerlo). Y, al mismo tiempo, dejar de subvencionar la experimentación con embriones humanos y al lobby gay. Es sencillo. No le quitaría ningún voto y le aportaría otros. Ella tiene la palabra.

En el entretanto, está claro que un católico no puede votar al Partido Popular y sí puede votar a Alternativa Española (AES). Tan sencillo como eso.

Eulogio López

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