Ahora resulta que José Manuel Lara no va a recurrir ante los tribunales ordinarios el laudo arbitral que condena a Onda Cero a pagar 185 millones de euros al propietario de Kiss-FM, Blas Herrero, por incumplimiento de contrato.

¿Y por qué no va a recurrir José Manuel Lara cuando lo cierto es que había animado y prometido a sus socios a hacer lo propio? Pues, probablemente, porque su socios acaban de descubrir que, en el contrato de venta de A-3 TV y Onda Cero, Telefónica le prometió a Lara que pagaría el 24% de los185 millonarios, ojo, a Planeta, no al conjunto de A-3 TV, donde también participan el SCH y el grupo alemán Bertelsmann, amén de minoritarios. Y así, si el recurso prospera, bien podría ocurrir que la sentencia redujera la indemnización... y que Lara recibiera menos dinero de los 47 millones de euros que ahora espera cobrar. Porque, claro, una cosa es el dinero propio y otro el dinero de la compañía, el de la cesta común.

O dicho de otro modo, cuanto más gordo sea el castigo para A-3 TV, más cobrará su presidente, José Manuel Lara, y más perderá el conjunto de A-3 TV. No importa, es un canal con amplias espaldas. Eso sí, nobleza obliga, A-3 TV afirma que no quiere recurrir el laudo "para no alterar el sistema arbitral español". Lo que hace la responsabilidad social...

Eso sí, este juego es peligroso por dos razones. Primero, porque Telefónica aprovechará para retrasar el pago lo más posible. Es lógico, si A-3 TV recurre, es posible que Telefónica consiga pagar menos. Y ahí estamos. Segundo lugar, porque los socios minoritarios de Lara, especialmente los alemanes de Bertelsmann  consideran que quien les ha engañado no ha sido Telefónica, sino Lara, y podrían revolverse contra él si, además de no haberles tenido en cuenta a la hora de pactar con Alierta, ahora intentara sacar un provecho extra del laudo.

Por cierto, la respuesta del presidente de Telefónica, César Alierta, ha sido durísima con Lara y con A-3 TV. Cosa curiosa porque estamos en pleno cambio de Gobierno. La verdad es que Alierta debería estar temeroso de ganarse la antipatía de un medio informativo. Al parecer, confía mucho en su nuevo socio, Jesús Polanco, pero eso no parece una garantía de nada. Polanco no tiene socios ni amigos. En tal caso, financiadores y aliados coyunturales. 

Otrosí. Los árbitros del laudo eran tres. Por Blas Herrero, el ex ministro socialista Tomás de la Cuadra Salcedo. Por Onda Cero, Manuel Aragón. Quedaba el independiente, el decisorio, Julio Gómez Soria. Pues bien, resulta que el buen independiente sorprendió a sus colegas tres días antes de hacerse público el fallo: ¿Cómo es posible que durante los últimos tres días, Gómez Soria decidiera elevar la indemnización desde los 80 millones de euros que ya estaban aproximadamente pactados, a los cerca de 190 millones de euros? ¡Jó, con el criterio jurídico! Un apunte: Julio Gómez Soria es un empleado del empresario naviero Fernando Fernández-Tapias, dispuesto a vivir de las rentas, toda vez que ha vendido su compañía y que quieren echarle de la Cámara de Comercio de Madrid. En principio, ninguna conexión.