Los tres enemigos de Sarah Palin

Debate Palin-Badin. La prensa progre ha concedido a Palin que estuvo mejor de lo que podría esperarse de ella. No está mal, ¿eh? Eso sí, tanto la progresía de izquierdas como la de derechas sigue manteniendo la misma especie: Palin es una inexperta que no puede gobernar América (al parecer, Obama sí que tiene una gran experiencia de Gobierno, ninguna, para ser exactos, y aspira la Presidencia) pero los despistes de tebeo de Joe Biden son graciosas meteduras de pata.

La verdad es que la candidata republicana a la Vicepresidencia acudía a un debate que nunca, entre vices, había levantado tanta expectación. El Nuevo Orden Mundial, que ha aspirado claramente por Obama, sigue temiendo a Palin, porque lo que la campaña de linchamiento continúa. Al principio fue rabiosa, ahora es despectiva.

Veamos: Sarah Palin cuenta con tres enemigos.

El primer enemigo son los mencionados progres, claro está. Este es un mundo de referencias, que no admite maestros, sino testigos. Un mundo relativista no puede soportar que se convierta en vicepresidenta de los Estados Unidos una mujer con cinco hijos, uno retardado, y defensora de la familia y la vida inocente. Nunca jamás. Todo lo demás se la puede admitir, pena de muerte incluida, en lo que discrepo de la gobernadora de Alaska, pero no eso.

En este batallón de enemigos, se encuentra el senador Obama. Como buen progresista Obama no ataca al balón, sino al hombre: es un especialista en dossier, en destruir al adversario manipulando sus palabras y ridiculizando sus actitudes.

En segundo lugar, muchas mujeres, y aquí actúa el factor envidia. No me importan mucho las críticas de este tipo de tópicos. Ya he dicho que existen tres tipos de hombres: los machistas, que consideran que las mujeres son tontas (aquí suelen incluirse la inmensa mayoría de los progresistas), los misóginos, que son los convencidos de que las mujeres son malas y los hombres feministas, que son sencillamente idiotas.

Sí, muchas mujeres consideran un insulto que una mujer consiga llegar a gobernadora de un Estado con cinco hijos, y sin ser rica por su casa. Incluso algunas que se situarían en su mismo plano ideológico, pero no en el vital. Son las que, como Barbra Streisand, aúllan y hay algunas que se sienten con derecho a todo por razón de sexo.

Tercer enemigo de Palin: sus compañeros de partido. Su irrupción fue tan intensa que oscurecía a McCain. El equipo electoral del Partido Republicano ha enlatado la naturalidad y pervertido la sinceridad de la candidata, y le han obligado a la autocensura y a callar su coherencia con sus principios, sin duda su mejor arma. En el pecado llevan la penitencia, porque Obama se distancia de su rival en las encuestas.

Un detalle del debate: mientras McCain caía en la trampa de apoyar el Plan Bush (para quien no lo haya visto le invitamos a ver la mejor parodia televisiva de tan abominable plan, que publicamos hoy en Hispanidad) Palin pronunciaba unas palabras que representan el límite al que podía llegar sin enfrentarse a su jefe de filas: No podemos permitir que sigan chantajeándonos con nuestros ahorros.

Pues bien, el Plan de Bush que McCain apoya es justamente eso: el chantaje con sus ahorros porque al final, como reza la genial parodia a la que aludía líneas atrás, cuando el sistema se cae, no se cae la cuenta corriente del especulador sino el fondo de pensiones de sus clientes.

Está claro que 'motu proprio', Palin no apoyaría el Plan Bush, un plan que convierte a Estados Unidos, tierra de libertades, aunque también de injusticias, en una tiranía progre y plutocrática. Lo que el comunismo no fue capaz de hacer, lo van a conseguir los especuladores de Wall Street.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com