Los hispanos no son retrasados, señor Obama

Barack Obama ha publicado un anuncio para iberoamericanos -una minoría que ya supera a los afroamericanos- en el que trata a los hispano-hablantes como si fueran tontos. Con esa modestia que le caracteriza, el senador les propone, en un español tan macarrónico como el que popularizara George Bush con su amigo Ansar, un sueño americano, una vida mejor para ellos y sus hijos.

Curioso, porque aunque se ha exagerado la mala relación entre negros e hispanos, lo cierto es que ambas comunidades inmigrantes han vivido de espaldas -tan de espaldas como cada una de ellas, por separado, a los WASP- y con una distinción fundamental: los hispanoamericanos nunca han sido esclavizados, por lo que el resentimiento de los afroamericanos hacia los estadounidenses blancos ha sido superior al de los hispanos.

Y son esos hispanohablantes los que van a decidir las elecciones del 4 de noviembre. Unos hispanos que se caracterizan por su origen católico -por tanto, teóricamente opuestos al aborterismo salvaje de Obama- pero, al mismo tiempo, desgraciadamente, con un alto nivel de secularización y un importante aumento de abortos en su comunidad.

En cualquier caso, los demócratas venden victimismo negro, no victimismo hispano, y ahora se dan cuenta de que necesitan el voto de los recién llegados a la ciudadanía.

Obama monopoliza la tele

Lo nunca vito. El partido Demócrata que, según los tópicos progres de la prensa española es el partido de los pobres, el de la izquierda, tiene mucho más dinero para propaganda que los republicanos de McCain, y así, el candidato Obama se permitió el lujo de paralizar una noche la TV americana. NBC, CBS y Fox (esta última presuntamente republicana) cobraron un millón de dólares por emitir un espacio que ha obligado a aplazar un partido de béisbol.

Un espacio, donde según la publicidad que rodea a Barack Obama, no se habló de él como el de un candidato a la Presidencia sino como el salvador de los Estados Unidos tras el oprobioso George y, ya puestos, como salvador del mundo mundial. Esto en horario de máxima audiencia, el martes, y ahora -miércoles- insiste como un espacio de 30 minutos, titulado Barack Obama, historias americanas. Un alarde de prepotencia que asusta.

Insisto, Obama está cayendo en el iluminismo. No le basta con ganar, tiene que aplastar, porque no pretende gobernar América, sino cambiarla. Y ya se sabe que la gente mejora o empeora, pero no cambia.

Además, si tan seguro está de ganar: ¿por qué esa publicidad aplastante?

Por otro lado, Obama necesita deshacerse, no de John McCain, sino de Sarah Palin, por eso, todo el sistema se ha puesto al servicio, no de la destrucción del presidenciable republicano, sino de su segunda. Al parecer temen que el estilo de Sarah Palin se imponga y, o bien se pierdan las actuales elecciones en el último minuto, o bien se catapulte a la gobernadora de Alaska como candidata para 2012.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com