El próximo martes 15, se celebrará en la Audiencia la prueba pericial (abogados de prestigio, por supuesto) donde los expertos hablarán sobre lo que cobran los presidentes de grandes compañías al abandonar estas, dentro de la vista contra Emilio Botín, José María Amusátegui y Ángel Corcóstegui. Los favorables a Botín hablan de lo que cobran los grandes empresarios norteamericanos, obviando que España no es Estados Unidos y que la potencia mundial ha sido la cuna de los grandes escándalos por este tipo de cosas. La acusación, Rafael Pérez Escolar y Franco Otegui, recuerda que los señores Garnica Mansi, presidente de Banesto, Alfonso Escámez, presidente del Central, o Claudio Boada, presidente del Hispano Americano (los tres bancos más grandes del momento), se fueron a casa sin cobrar un duro, y en el mejor de los casos (a Garnica ni eso) se les cedió un despacho y una secretaria.

Pero es que ahora resulta que la poderosa CEO de Hewlett-Packard (HP), Carly Fiorina, al frente del primer fabricante de ferretería informática del  mundo, se ha marchado con 21 millones de dólares. No sólo eso, si comparamos, resulta que en la Audiencia se está hablando de los 44 millones de indemnización de Amusátegui y los 110 millones de euros de pensión-indemnización para Corcóstegui, pero no de los sueldos acumulados. Por ejemplo, durante 10 años, José María Amusátegui, además de los 44 millones, recibirá, como ex presidente del SCH y de Unión Fenosa, 5,8 millones de euros.