• Al final, la reconversión bancaria española ha consistido en no permitir la quiebra de ninguna entidad y en el injusto proceso de salvar a los inversores con el dinero de los contribuyentes.
  • Es decir, además del coste económico, el político. Y sin que se haya conseguido que fluya el crédito.
  • Como otros gobiernos occidentales, Rajoy no sabe salir del círculo vicioso: subvenciones públicas y especulación financiera privada.
  • El salvamento de la banca ha exigido subir los impuestos y reducir el consumo.
  • Pero lo mismo le ocurre a Obama: el abismo fiscal enfurecerá a los mercados... y ya la primera potencia del mundo tiembla.

Ya el PSOE de Zapatero decidió que no había que cerrar ningún banco en crisis. Se empleó dinero público para mantener todas las entidades y para financiar a los bancos compradores, que han hecho un negocio excelente con la crisis bancarias. A destacar, el chollo del Sabadell con la CAM, del BBVA con Unnim, de Caixabank con Banco de Valencia y de Liberbank con CCM.

Y el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy (en la imagen) siguió en la misma línea: no puede quebrar ningún banco. Al parecer el orgullo patrio iba en ello. Eso sí, hay que reconocer al capitán de la reconversión bancaria, el ministro de Economía Luis de Guindos, el mérito de haber lanzado dos decretos de saneamiento durísimos, que se lo han puesto difícil a los bancos buenos y que han colocado en su sitio a los malos. Pero ya se caminaba por el camino erróneo.

Erróneo e injusto, porque al final, la reconversión bancaria ha consistido en salvar entidades, salvar a los inversores, al menos en parte, pero a costa de los contribuyentes, es decir, de todos los españoles, que han viso como su carga impositiva no dejaba de crecer. Esa no es la forma ética de salir de la crisis. La justicia exige al Gobierno salvar a los depositantes, no a los inversores.

Y todo ello, sin que se haya conseguido el presunto objetivo oficial de que fluya el crédito. Por ahora hemos saneado bancos, no familias y empresas.

Conclusión: el Gobierno Rajoy ha perdido un año entero, su primer año de Gobierno, salvando bancos.

Eso sí, aquí opera el mal de muchos... Lo cierto es que el modelo seguido por el Gobierno Rajoy ha sido el mismo que el de todo Occidente. Es decir que todo Occidente sigue al dictado de los mercados financieros, cuyo motor básico es la especulación. La crisis financiera tuvo su origen en Estados Unidos y el presidente George Bush primero, y luego el demócrata Barack Obama sí hicieron lo propio: sólo permitieron que cayera Lehman Brothers y luego le dieron a la máquina de hacer dinero para salvar bancos.

El imperio de los mercados financieros quedaba asegurado por mucho tiempo, y la servidumbre de los gobiernos ante los mercados es hoy un axioma indiscutible. Tanto es así que en Estados Unidos se habla de abismo fiscal, cuando lo cierto es que la única variable invariable de la economía norteamericana, y de la economía mundial, son hoy los mercados financieros. Traducido: la economía real, empresa y trabajadores, financian a los rentistas.

Con ello se instaura la práctica de subvenciones públicas y especulación privada. Ese sí que puede suponer el suicidio del sistema liberal de mercado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com