Lo bueno que tiene la sociedad de la información es que se entiende todo. Lo malo es que la saturación informativa alcanza tales niveles que hasta los hechos o declaraciones más relevantes pueden pasar desapercibidos. En definitiva, lo que caracteriza a la actual sociedad de la información es el viejo dicho : La única manera de esconder un elefante en la Quinta Avenida es llenar la Quinta Avenida de elefantes. Lo malo de la situación informativa actual es que la Quinta Avenida siempre está repleta de paquidermos.

Y así, han podido pasar desapercibidas las palabras de Rodríguez Zapatero, en pleno mitin pro-europeo, cuando (lamento no haber grabado su alocución) afirmó que para votar Sí no hacía falta leer el texto constitucional. Es más, podría haber añadido que para votar Sí lo mejor es no leer el Tratado-ladrillo. Ni tan siquiera los folletos-resumen con los que nuestras autoridades, de forma absolutamente neutral, han inundado el país con cargo al erario público.

Quizás tiene razón www.hazteoir.org, una de las plataformas ciudadanas que propugnan el No en el referéndum, cuando afirma que lo más grave es que la Constitución Europea se está haciendo de espaldas a los ciudadanos, con ese espíritu ilustrado de todo para el pueblo pero sin el pueblo, porque el pueblo, no nos engañemos, es de los más ignorante y no puede acceder a los sublimes arcanos de la alta política.

Por la boca muere el pez, pero, a fin de cuentas, Zapatero tiene razón: Si la gente asume el funesto hábito de ir directamente a las fuentes y leerse el Tratado (un tostón tremendo, lo sé), podría ver cosas que no le gustara, incluso podría ser que no le gustara casi nada de lo que vea. Podría descubrir que esta Constitución no es una Constitución, ni el referéndum un referéndum, sino una campaña propagandística para aceptar un trágala, una Europa más grande, y eso es bueno, pero donde cada vez son menos los que mandan sobre más personas. Y eso debe ser evitado cuidadosamente.

El prejuicio es mucho más eficaz que el juicio. Basta con vender las siguientes ideas:

  1. Europa es lo moderno.
  2. El que no vote Sí el 20 de febrero está votando contra Europa.
  3. Si gana el No volveremos a empezar todo el proceso europeo, desde el Tratado de Roma. ¿Va a tirar usted por la borda todo el dinero gastado en eurocracia durante décadas?
  4. El llamado argumento determinista: Vote usted lo que vote, el resultado será el mismo. La Constitución de Giscard DEstaing será la Constitución de la UE. Así que, ¿por qué no apuntarse a ganador? ¿No querrá usted estar con los frustrados perdedores?
  5. En resumen, ¿va usted a votar No pudiendo votar Sí?

Eulogio López