• En los meses inmediatamente posteriores a la catástrofe, Cáritas prestó ayuda de emergencia a cerca de un millón de personas.
  • Los ciudadanos españoles aportaron más de 16 millones de euros a las Cáritas de Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia para ayuda de emergencia. 
Se acaban de cumplir diez años del maremoto (tsunami) que devastó las costas de Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia. El 26 de diciembre de 2004, la naturaleza se llevó por delante la vida de 230.000 personas. Desde entonces, la Iglesia católica ha ayudado a las personas que sufrieron sus terribles consecuencias.

Cáritas ha informado de que, desde entonces, ha levantado 33.000 casas y ha recuperado los medios de vida para 85.000 personas. "Cuando la ola del tsunami se llevó la vida de cientos de miles de personas, una ola de solidaridad sin precedentes, que la historia de la humanidad nunca había conocido, se desplegó sobre el sufrimiento de la gente", ha destacado con motivo del aniversario el presidente de Cáritas Internationalis, Michel Roy.

Cáritas Española se sumó a esa corriente de solidaridad gracias a "la respuesta masiva" de los ciudadanos españoles, con cuyas aportaciones se pudieron destinar más de 16 millones de euros a las Cáritas de Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia para ayuda de emergencia, apoyo psico-social, restablecimiento de los medios de vida, construcción de alojamientos permanentes y rehabilitación de infraestructuras comunitarias, sanitarias y educativas.

Por ejemplo la provincia de Aceh fue la primera costa a la que llegó la ola y la más afectada. Allí fallecieron más de 160.000 personas del total de 230.000 muertos y desaparecidos provocados por el maremoto. Además, medio millón de personas perdieron su hogar, sus medios de vida y a sus familiares. Sin embargo, gracias a la ayuda internacional, se logró edificar 140.000 viviendas, 1.759 escuelas y 363 puentes.

Asimismo, en los meses inmediatamente posteriores a la catástrofe, la red internacional de Cáritas prestó ayuda de emergencia a cerca de un millón de personas y, en los años siguientes, llevó a cabo un ambicioso programa de rehabilitación y desarrollo a largo plazo, que contó con un presupuesto de 390 millones de euros y que permitió construir hogares para 33.000 familias y recuperar los medios de vida de 85.000 personas.

Otro sector fundamental de reconstrucción han sido los edificios comunitarios, como escuelas y hospitales, arrasados durante el maremoto. Uno de ellos fue el centro preescolar YKA, en Banda Aceh. De 600 niños, solo 30 regresaron después del tsunami y 17 maestros de los 60 que impartían clases murieron en el maremoto.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com