La AIReF sigue con su actividad frenética y esta semana ha propuesto la creación de una renta mínima estatal -compatible con el empleo, homogénea para todas las comunidades y que se conceda teniendo en cuenta únicamente el nivel de renta de los hogares-, que sería como máximo de 430 euros al mes para los hogares más desfavorecidos, que recibirían también complementos por cada hijo a cargo.

Y como últimamente se habla mucho de renta básica, renta de inserción o de mínimo vital, hay que tener en cuenta que son conceptos diferentes

Todos sabemos de sobra que una de las medidas estrella del programa electoral de Podemos en sus primeros comicios -al Parlamento Europeo- era establecer una renta básica. La medida no debe ser confundida con la renta mínima de inserción, opción ya implantada en España.

La renta mínima de inserción es una prestación social delegada a las Comunidades Autónomas, que establecen sus propias características y requisitos

La renta básica es una renta pagada por el Estado a todos los ciudadanos o residentes, como derecho, independientemente de su situación económica o de su predisposición a trabajar. Sin embargo, “la renta mínima de inserción es una ayuda pública para personas sin suficientes recursos para atender sus necesidades más básicas, y que podrían quedar excluidos de la sociedad”, según la explicación general de esta prestación que aparece en la web de la Comunidad de Madrid

La renta mínima de inserción es una prestación social delegada a las Comunidades Autónomas, que establecen sus propias características y requisitos. Las únicas condiciones comunes son el hecho de estar empadronados en la comunidad correspondiente, carecer de recursos suficientes, tener denegadas otras ayudas sociales, y aceptar medidas de inserción laboral.

Tal y como explica la Airef, en España no existe una renta básica nacional sino que "las rentas mínimas de las comunidades autónomas son el único instrumento no categórico que ofrece protección frente al riesgo general de pobreza" y, lamentablemente, presentan unos "niveles reducidos de eficacia en términos de redistribución" por lo que son poco efectivos "a la hora de reducir las tasas de pobreza".

En Finlandia se implantó la renta básica pero el experimento no hay ido todo lo bien que se esperaba y el gobierno del país decidía retirarla el pasado mes de enero

La institución que preside José Luis Escrivá señala que el esquema actual "desincentiva la participación en el mercado laboral", algo que se podría evitar haciendo complementario el cobro de la prestación con el empleo.

Este matiz importante de vincularla al empleo es lo que caracteriza a los modelos aplicados en los dos únicos lugares donde se ha llegado a implantar.

Porque, de momento, la renta básica no ha llegado a aplicarse prácticamente en ningún lugar del mundo, a excepción de Finlandia, donde sí ha estado funcionando pero parece que el experimento no hay ido todo lo bien que se esperaba y el gobierno del país decidía retirarlo el pasado mes de enero, y a excepción de Alaska donde parece que sí se mantiene debido a las características y peculiaridades de esta región del mundo. Desde 1982, sus ciudadanos reciben una paga anual del Gobierno que se obtiene a través de un fondo al que se destinan los beneficios que generan la actividad petrolífera. La cuantía de la prestación es de 2.000 dólares al año, algo más de 1.800 euros.

El Fondo Permanente de Alaska ha conseguido mejorar la economía y el empleo de la zona, además de hacer disminuir los niveles de pobreza.

Aseguran los expertos que no se trata de una renta básica universal como tal ya que se reparten las plusvalías que genera una determinada actividad, no es mensual y no es suficiente para cubrir las necesidades básicas, lo que sí se ha comprobado, según diferentes expertos, es que esta paga ha servido para que las personas vivan mejor, aunque no dejan de trabajar.

Al parecer, este Fondo Permanente de Alaska ha conseguido mejorar la económica y el empleo de la zona además de hacer disminuir los niveles de pobreza.

En Canadá, Holanda, Escocia se estudia un modelo de renta básica para su futura aplicación mientras los ciudadanos suizos dijeron “no” a esta opción en un referendum celebrado en 2017, y trece regiones francesas planean su aplicación para este mismo año.