Gana terreno el otoño y ha ganado tiempo Pedro Sánchez. El acuerdo al que ha llegado con Pablo Iglesias para cerrar los Presupuestos de 2019 se cerró con una primera reunión discreta entre Pedro y Pablo, Pablo y Pedro, y otra convenientemente anunciada y con foto incluida. Un acuerdo que le ha dado oxígeno al presidente, sobre todo, porque le permite remitirlos a Bruselas en la fecha obligada, es decir, antes del 15 de octubre, o el mismo 15 a más tardar. Pero Sánchez sabe que lo que tiene ahora es un gran problema de imagen, ya que la opinión pública piense que son los Presupuestos de Podemos... y lo pensará porque Podemos se preocupó de airear convenientemente, un día sí y otro también, sus exigencias y las concesiones que iba obteniendo del Gobierno. Hizó además que se supiera que Sánchez era su rehén y que Podemos tenía la llave y era el dueño de las cuentas.

Esta batalla por tanto la ha ganado Pablo Iglesias y su foto con Sánchez en La Moncloa es el certificado de su pacto pero también la evidencia de una entrega. El resto de problemas que tienen estos Presupuestos, ya no son solo de imagen: primero, son de posibilidad de que sean aprobados en el Congreso; segundo, que Bruselas los vea factibles y les dé el visto bueno y para eso le tienen que cuadrar los números y no se sabe si habrá dinero de impuestos nuevos o de impuestos ‘subidos’ para tanto gasto añadido; tercero, que el PP no los vete en el Senado y Pedro no ha encontrado la forma de evitarlo; y finalmente, lo que decidan los inversores.

El acuerdo le ha dado oxígeno al presidente, sobre todo, porque le permite remitirlos a Bruselas en la fecha obligada

Lo que sabemos de estas cuentas es que contienen más aspiración o necesidad de recaudar que estímulos a la inversión y, además, tampoco les seducirá ver a Podemos de artífice de la política económica nacional. Sin embargo, no hay que olvidar que es un proyecto de Presupuestos lo que significa que nada de lo que allí aparece vaya a entrar en vigor si no consigue el apoyo del Congreso y eso todavía se le resiste al presidente Sánchez porque el PDeCAT, o sea Puigdemont, le tiene dicho que en ningún caso va a apoyar esas cuentas si no hay autodeterminación para Cataluña y eso no va a ocurrir.

De hecho, lo que se ha firmado entre ambas formaciones es un "acuerdo político", al margen de los detalles técnicos. Así que, lo que han hecho los morados, con el visto bueno del Gobierno, es poner negro sobre blanco los compromisos adquiridos por Sánchez para que no pueda echarse atrás. Y, en caso de hacerlo, que quede retratado ante sus potenciales votantes. El acuerdo contempla, entre otras medidas, una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta 900 euros en 2019, un incremento del impuesto de patrimonio del 1% para las fortunas de más de 10 millones de euros y un plan contra los problemas de la vivienda con un importante aumento de la dotación para el plan estatal de vivienda. El tipo máximo del IRPF se elevará dos puntos para las rentas a partir de 130.000 euros en 2019 y aumentará cuatros puntos para los ingresos superiores a 300.000 euros. Se elevará la fiscalidad del ahorro, que se incrementará en cuatros puntos porcentuales para rentas superiores a los 140.000 euros, hasta el 27%. El impuesto a las transacciones financieras gravará con un 0,2% la compraventa de acciones; para las socimi se acuerda aplicar un tipo de gravamen del 15% sobre los beneficios no distribuidos por este tipo de entidades.

Lo que ha conseguido Podemos es poner negro sobre blanco los compromisos adquiridos por Sánchez para que no pueda echarse atrás.

Las pensiones era uno de los puntos clave del acuerdo. Gobierno y Unidos Podemos han acordado garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas en 2019 con un incremento de las prestaciones del 1,6% que se compensará al final de año si hay desviación frente a la inflación. Además, subirán las pensiones mínimas y las no contributivas un 3%.

Gobierno y PSOE han acordado también elevar los permisos de paternidad para igualarlos con los de maternidad. Una medida estrella anunciada por el propio Pedro Sánchez a la que se refirió Octavio Granado durante su comparecía en la Comisión del Pacto de Toledo. Granado pinchó la medida estrella anunciada por Pedro Sánchez porque, si de algo sabe el secretario de Estado es de pensiones, señor presidente. Dijo que, en ningún caso trata de contradecir al presidente del Gobierno sino que lo que buscaba era “completar su reflexión”. Y lo hizo reclamando que, al menos una parte de este desembolso, fuera sufragado a través de las cuentas públicas y no únicamente por la Seguridad Social. ¿Lo ponen las cuotas de los trabajadores y los empleadores o el dinero lo ponen los Presupuestos Generales del Estado?, se preguntó. “Nosotros pensamos que un poquito de ayuda no nos vendría mal”. “Tenemos que empezar a pensar qué gastos de la Seguridad Social tienen interés público, como, por ejemplo, paternidad y maternidad”.

Granado pinchó la medida estrella anunciada por Pedro Sánchez de igualar los permisos de paternidad porque, si de algo sabe el secretario de Estado es de pensiones

Palito de Granado al PP que también recibió lo suyo por su fallida operación para sacar rentabilidad al Fondo de Pensiones, cuando estaba en el Gobierno. La situación del Fondo de Reserva “no es nada halagüeña”, sentenció y para señalar que la conocida como hucha de las pensiones cuenta ahora mismo con 8.061 millones, cifra que es inferior a los 8.085 millones con los que cerró 2017. Esta situación, según el secretario de Estado, se debe al criterio de inversión del anterior Gobierno. En concreto, el Ejecutivo de Rajoy decidió invertir los fondos restantes de la hucha de las pensiones en deuda pública española a muy corto plazo, que en el último año ha ofrecido rentabilidades negativas desde el 0,1% al 0,4%.

Dicen las malas lenguas que, con esta decisión, el Gobierno anterior trató, presumiblemente, de apoyar las subastas de deuda del Tesoro Público, a pesar de que ya contaba con el respaldo de las compras de deuda del Banco Central Europeo. Como consecuencia de aquella decisión, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social no sólo dejó de obtener los posibles beneficios en forma de intereses sino que, además, ha perdido algo más de 20 millones.

“Estamos comprando letras para recibir una cantidad de dinero inferior a la que pagamos. Tenemos el dinero en una cuenta corriente de la que se nos están detrayendo rendimientos negativos”, añadió Granado, para posteriormente afirmar que “habría sido posible tener otras previsiones más razonables, invirtiendo una parte a corto plazo, pero otra en productos a largo plazo que sí ofrecen un interés positivo”.

Por cierto, y en positivo, un último apunte porque el Banco de España se alegrará sin duda de la subida del salario mínimo hasta los 900 euros. La entidad ha señalado que la precariedad laboral es uno de los principales factores que deprime los salarios. Una moderación salarial, que, en el caso de España, ha sido superior a la media de la Unión Europea