Pedro Sánchez quiere continuar... aunque tenga que convocar elecciones. Si así fuera, su aspiración es ganarlas, mejorar el resultado de la última vez y seguir gobernando con mayor holgura parlamentaria. Una holgura parlamentaria que ahora no tiene y de la que dependen los Presupuestos. Sánchez quiere sacar adelante sus propios Presupuestos del año 2019 y no prorrogar los que están en vigor. Pero, para que eso ocurra, tiene que superar dos obstáculos. El primero pasa por conseguir los apoyos suficientes, y esto parece que lo va teniendo más o menos encarrilado. Al menos, a día de hoy. Lo segundo que el calendario le encaje, que le sea propicio. Es decir, que debe conseguir evitar que en el Senado le impongan la senda de estabilidad del señor Rajoy porque la suya, la que él quiere enviar a Bruselas, se la van a tumbar.

Sin embargo, los socios le están haciendo saber al grupo socialista que incluso si hubiera que tragar con la senda del Gobierno del PP, incluso en esas circunstancias, estarían por la labor de dar un espaldarazo a las cuentas siempre que no se recorten mucho las pretensiones de gasto público.

El Gobierno ha renunciado a crear un impuesto específico a la banca que, recordemos, fue la propuesta fiscal estrella de Pedro Sánchez, ya desde la oposición 

Y por ahí va ahora Podemos que acaba de rentabilizar en público su pliego de exigencias eso sí, sin declarar la guerra al Gobierno. La formación de Pablo Iglesias ha levantado las cartas para cuantificar que la subida de impuestos que le sugiere a Sánchez debe alcanzar los 10.500 millones y debe recaer, insiste, en rentas altas, grandes fortunas, bancos y tecnológicas.

Así que, el Ejecutivo, con las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, y de Economía, Nadia Calviño, de abanderadas, está decidido a subir, de manera notable, algunos impuestos, sobre todo los de la renta, capital y sociedades. La doctrina gubernamental defiende que las alzas afectarán sólo a los ricos y a algunas empresas y que es necesario para obtener más recursos que dedicar a gasto social. Un gasto social que se vería comprometido, ha declarado Mª Jesús Montero, si el Parlamento no aprueba el nuevo objetivo de déficit que se eleva del 2,2% al 2,7% en 2018 y del 1,3% al 1,8% para 2019

La ministra de Hacienda avanzó esta misma semana que la banca y las empresas que explotan yacimientos de hidrocarburos pagarán un tipo mínimo del 18% en el Impuesto sobre Sociedades, frente al 15% con el que quieren gravar al resto de grandes empresas, a lo que Podemos ha respondido que, en defecto de un impuesto específico a la banca se aplique un aumento de 10 puntos en el tipo nominal del Impuesto sobre Sociedades, durante cinco años prorrogables, para recaudar 1.000 millones el primer año y un acumulado de 5.800.

El Gobierno ha renunciado a crear un impuesto específico a la banca que, recordemos, fue la propuesta fiscal estrella de Pedro Sánchez ya desde la oposición y la punta de lanza de la reforma tributaria propuesta tras acceder al Gobierno. Montero explica que el Ejecutivo ha preferido optar de momento por otras fórmulas tributarias ya existentes al considerar que es más sencillo, y efectivo, aplicarlas que crear una nueva figura impositiva.

 “Yo creo que cerraremos el paquete de fiscalidad en un plazo breve”, dice Montero para reiterar que el Gobierno va a presentar a finales de noviembre los Presupuestos, y que a mediados de octubre, remitirá a Bruselas el proyecto de las cuentas públicas, que Hacienda está elaborando de dos maneras diferentes, con la nueva senda de déficit o, por el contrario, como todo apunta, con la senda del PP.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, señala que si hay que volver a la senda de déficit del PP será subiendo los impuestos

Una previsión muy optimista si se tiene en cuenta que la Mesa del Congreso ha rechazado la enmienda que había presentado el PSOE a la ley contra la violencia de género para levantar el veto del Senado a los objetivos de déficit, parece muy improbable que al Gobierno le dé tiempo a elaborar sus propios Presupuestos. Montero ha culpado a PP y Cs de perjudicar a los ciudadanos porque las consecuencias las sufrirán las comunidades y la Seguridad Social. Aseguró que de los 6.000 millones de aumento del gasto que contemplan las cuentas públicas, sólo 1.000 afectan al Estado. “El Gobierno puede absorber con facilidad esos 1.000 millones retocando la fiscalidad” tal y como ha explicado también la ministra de Economía, Nadia Calviño. Es decir que si hay que volver a la senda la senda del PP será subiendo los impuestos. “Como ministra me habría gustado haberme enfrentado a una situación diferente en la que existiera más margen de actuación y alternativas”.

Pero lo que Calviño no admite es que el actual Ejecutivo, el del PSOE, ha heredado una mejor situación que la que se encontró en su día el Gobierno del PP, en términos de déficit o crecimiento, y que la economía se ha empezado a ralentizar en los últimos meses.

De hecho, los expertos aseguran que la moderación de los ingresos este ejercicio junto con el aumento de los gastos van a provocar que España no alcance el objetivo de déficit pactado inicialmente con la Comisión Europea ni, probablemente, tampoco el propuesto por el Gobierno, tal como ha advertido esta misma semana el Banco de España.