Esta santa francesa, que a los 18 años se consagró secretamente a Dios, no supo hasta los 35 años lo que Dios quería de ella: la fundación del Instituto de Hermanas de San José de la Aparición, dedicado a la enseñanza, las misiones y la atención a los necesitados, especialmente a los pobres y enfermos. Emilia, nacida de familia noble, el 12 de Septiembre de 1797, tras la fundación de su instituto, marchó a Argelia para ayudar a sus habitantes a luchar contra la epidemia de cólera. Allí hizo diversas fundaciones y luego pasó a Argel, donde realizó cinco fundaciones más, y después a Túnez, Italia, Grecia, Malta, Turquía, Palestina, Líbano, Chipre, Australia… Al parecer murió de dolor a causa de una hernia estrangulada, el 24 de Junio de 1856. Su biógrafo, R. del Olmo, nos describe a esta santa: "Emilia era un carácter fuerte, resistente ante la adversidad y con un calor de acogida impresionante, sabiendo ablandar a quien llegaba con duras actitudes, comenzando por su padre,… Fue significativa su relación con personas de otras religiones, como los musulmanes, que la quisieron con locura en Argelia. A una gran capacidad de trabajo, de relación y de diálogo, Emilia unía una profunda espiritualidad que le hacía confiar y descansar totalmente en el Señor,…".

 

En nuestro tiempo, son también necesarias las fundaciones de laicos. Así, escribe Juan Pablo II: "…deseo hacer notar la contribución específica que, en comunión con las otras realidades eclesiales y nunca de manera aislada, pueden ofrecer los nuevos movimientos y las nuevas comunidades eclesiales. En efecto, estos últimos ayudan a los cristianos a vivir más radicalmente según el Evangelio; son cuna de diversas vocaciones y generan nuevas formas de consagración; promueven sobre todo la vocación de los laicos y la llevan a manifestarse en los diversos ámbitos de la vida; favorecen la santidad del pueblo; pueden ser anuncio y exhortación para quienes, de otra manera, no se encontrarían con la Iglesia; con frecuencia apoyan el camino ecuménico y abren cauces para el diálogo interreligioso; son un antídoto contra la difusión de las sectas; son una gran ayuda para difundir vivacidad y alegría en la Iglesia".

 

 

 

 

(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:

Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.

Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre Santa Emilia de Vialar ).

 

 

 

                                                                                                                      Pilar Riestra