(Oído en radio, visto en TV) José Antonio Álvarez Gundín (COPE): “Resulta llamativo ese celo por la exactitud (el 23,4% de las propuestas conseguidas) en un Gobierno que es incapaz de mantener esa exactitud a la hora de contar los muertos por covid"

En la COPE, José Antonio Álvarez Gundín destacaba: “Resulta llamativo ese celo por la exactitud (el 23,4%) en un Gobierno que es incapaz de mantener esa exactitud a la hora de contar los muertos por coronavirus. Da la sensación de que les importa mucho más mirarse el ombligo que considerar cuál es el principal balance de este año. Y el balance no puede ser más preocupante. Somos el país de Europa con el mayor número de muertos por habitante. Estamos incluso pro encima de EEUU. Y también somos líderes en Europa de peores datos económicos. Este sí es el liderazgo que debería preocupar a Pedro Sánchez y no sacar pecho con una transparencia que se monta con un club de amigos, con alguien que se presta a avalar un balance que ayer falló en el fondo -por su triunfalismo- y por haber ocultado buena parte de la realidad. Y en la forma”. “El lugar adecuado para rendir cuentas es ante una oposición que te va a examinar seriamente, no un grupo de amigotes”.

En la COPE, Jorge Bustos decía: “Para mí las comparecencias de Pedro Sánchez son muy parecidas al especial de Nochevieja de José Mota, lo que pasa es que Sánchez es un humorista involuntario. Él quiere ser solemne pero le sale esa cosa robótica y un poco ridícula que a mí reconozco que me divierte, porque el personaje es divertido, más allá de que tenga los destinos del país en las manos, lo cual es trágico. Pero estos esfuerzos propagandísticos, creatividad día el compañero de La Vanguardia. Hombre, cuando la desfachatez no tiene límites es fácil gobernar un tiempo, al menos en el corto plazo, porque si esa misma creatividad la tuviera Casado para pactar con Bildu y los separatistas también estaría en el poder. Es decir, que no tiene ningún mérito más allá de derribar cualquier barrera moral. Si ese es un atributo positivo, como dice Marhuenda, hombre positivo no sé. Es verdad que el descaro, el desahogo, la falta de principios y de escrúpulos en política suele premiarse con el poder, por lo menos un tiempo, luego ya veremos cuando venga la realidad. Pero el balance de Sánchez en el año más ruinoso y dramático de la historia reciente de España pecó de una euforia y un triunfalismo bastante ridículo”.

Carmen Martínez Castro señalaba: “Hay un cosa que es cierta y es que todos los presidentes hacían su balance a final de año, lo hacían en verano y lo hacían pro domo sua, intentando poner el acento en sus logros, es razonable hasta cierto punto. Pero de todos modos, siempre había una especie de contacto con la realidad”. “Pero aquí no hay nada de eso: lo que hubo fue una catarata de cifras y de circulitos de colores pero dónde están los 700.000 trabajadores en ERTE, dónde están los 77.000 muertos, dónde están todos los problemas de los trabajadores sanitarios. Es que es tan brutal lo que ha pasado este año y que nada de eso haya tenido una mención real, que tengas una sensación de palpar la realidad en la intervención del presidente. Es solo comparar con lo que fue el discurso del rey, que lo dedicó a lo que le ha pasado los españoles”. “Tratar de convertir esa comparecencia de fin de año de todos los presidentes en un hecho histórico de transparencia, con un Gobierno que no es transparente en las cifras de muertos ni en las compras del covid, ni en las actas ni la lista de los expertos, ni en el reparto de los fondos europeos, ni en los visitantes de Doñana… Es una tomadura de pelo”.

Gloria Lomana apuntaba: “Ayer asistimos a un episodio más de la escalada de deterioro de las instituciones”. “A mí me gusta ver comparecencias de los presidentes haciendo el balance del año y en otras circunstancias pero el tono, la estética y el contenido no eran los adecuados máxime en un año donde lo último que se pude exhibir es la autosatisfacción. Yo creo que incluso cuando uno está satisfecho del trabajo realizado ha de contenerlo sabiendo que el fin de año se presenta enormemente dramático de nuevo” y “con la situación económica que se apunta que realmente no parece que pueda ni siquiera responder a los presupuestos generales que se acaban de aprobar. Sino que tenemos desafíos por delante que nos van a poner en la situación más dramática”. “Vi que no había conexión con la calle”.

En la COPE, el economista José María Gay de Liébana afirmaba: “El gasto total presupuestado para 2021, ya comentado en días anteriores, asciende a 587.869 millones de euros. Destaquemos hoy algunos puntos. Por ejemplo, las remuneraciones de empleados - del sector público se entiende - serán en 2021 de 146.967 millones de euros, 4.376 millones de euros más que en 2020 y 12.532 millones más que en 2019. No sé si los empleados públicos ratificarán que sus retribuciones en 2021 se incrementan más del 9% sobre 2019. En lo concerniente a los denominados consumos intermedios, gastos generales, serán en 2021 de 74.708 millones de euros, creciendo en 4.000 millones respecto a 2020 y en 11.225 millones sobre 2019. No sé si la cosa está como para incrementar esta partida del gasto en tanta cuantía.

En transferencias sociales, con 262.092 millones de euros presupuestados para 2021, se incluyen 22.045 millones de prestaciones de desempleo. Aquí la duda, Sergio, es la siguiente: si en 2020 las prestaciones del paro son de 40.898 millones de euros y los pronósticos para 2021 apuntan a un aumento de la tasa de paro, ¿será factible disminuir en casi 19.000 millones tales prestaciones? Sobre la cabecera de nuestras camas tendremos que colocar una fotografía ampliada de nuestra santa patrona: Christine Lagarde, la presidenta del BCE, con sus poderes taumatúrgicos en política monetaria. Porque a pesar de que nuestra deuda pública se dispare y acabe 2021 en el 125,6% del PIB, por encima de 1,5 billones de euros, los intereses presupuestados para 2021 son de 26.944 millones, por debajo de los 28.629 millones liquidados en 2019 con una deuda pública de 1.188.862 millones de euros. En fin, estamos ante los siempre candentes enigmas presupuestarios”.

En Onda Cero, Carmen Morodo destacaba: “Vamos a ver qué dice Pablo Iglesias, pero en ningún momento está renunciando a su objetivo”. “Son conscientes de que la vía de forzarlo no te lleva a ningún lado porque en estos momentos no hay un debate entre Monarquía y República, lo acaba de decir el último CIS”. “Pero tienes que ir trabajando poco a poco y eso exige que desde las instituciones, utilizando las reformas legales o utilizando el propio daño que se ha hecho al Corona a sí misma con determinadas actuaciones que degradan su compromiso de ejemplaridad, utilizando todo eso vas avanzando para intentar cambiar algo que en estos momentos no existe en le realidad”.

En Onda Cero, Anabel Díez subrayaba: “Dice Podemos, a través de Jaume Assens, que van a presentar su propia ley de la Corona. Hombre, pues bienvenida, porque si van a presentar una iniciativa que se atiene a hablar de la Corona”, “todo lo que sea coger como base la ley que regula la la institución monárquica, por ahí se empieza. Vamos a ver qué es lo que dice Pablo Iglesias al respecto, ¿que siempre va a pedir que se celebre un referéndum? Por supuesto que lo va a pedir siempre”. “Podemos estaría aparcando la idea de la república”.