El grupo industrial ThyssenKrupp perdió 207 millones de euros en los nueve primeros meses de su ejercicio, frente al beneficio de 189 millones de euros un año antes.

La facturación llegó a los 31.153 millones de euros (+1%) y la entrada de pedidos hasta 30.690 millones de euros (+2%). Mientras que su resultado operativo cayó nada menos que a 396 millones de euros (-64%).

El consejero delegado de ThyssenKrupp, Guido Kerkhoff, se mostró descontento con los resultados y dijo que "en vista del aumento del viento en contra económico, cambiamos la dirección en buenos tiempos y continuamos con la reestructuración".

Dicha reestructuración le llevará a recortar 6.000 empleos, 2.000 de ellos en la división de acero, y consiste en "la estabilización estructural del negocio, que requiere también un liderazgo eficiente y un modelo de organización", añadió Kerkhoff. En la segunda fase ThyssenKrupp posicionará el negocio para un crecimiento rentable a largo plazo.