Bancaja colocó este producto complejo como si fuera "seguro y fiable", exclusivo para los "buenos clientes" El juzgado de primera instancia e instrucción número 9 de Vilanova de la Geltrú, en Barcelona, ha dado la razón a un jubilado, con estudios de bachillerato y con aversión al riesgo, que invirtió 60.000 euros en deuda subordinada de Bancaja. Según la sentencia, hecha pública este lunes, el cliente "no tenía conocimiento ni experiencia para invertir en un producto complejo". En este caso, como en otros muchos relacionados con preferentes, fue la comercial de la entidad la que tomó la iniciativa y llamó por teléfono al jubilado para venderle el producto "sin riesgo" y,  por tanto, "seguro y fiable", exclusivo para los "buenos clientes". Pero la deuda subordinada, aunque tiene menos riesgo que las preferentes, también es un producto complejo, no adecuado al inversor no experto. A pesar de ello, la empleada de Bancaja no facilitó el folleto informativo, ni le practicó el test de conveniencia al cliente. Por eso, la sentencia concluye que "de haber sabido lo que contrataba, no lo hubiera hecho". En definitiva, esta última sentencia refleja lo mismo que señala Juan Ignacio Navas, socio director del despacho de abogados Navas & Cusí: "Muchos de los productos tóxicos se comercializaron con absoluta falta de profesionalidad, lo que también supone una mala praxis". Andrés Velázquez andres@hispanidad.com