Todo impuesto es malo. Todo gravamen, el IVA y el impuesto de sociedades, los menos malos de todos. Donald Trump ha conseguido disparar los mercados con su rebaja de impuestos. También ha conseguido que las grandes empresas se vuelvan a Estados Unidos, lo que implica una repatriación de capitales tremenda. Las bolsas también se lo han agradecido y se han disparado. Y el mundo económico no sabe cómo justificar el triunfo de Trump. Y ojo, porque a quienes le acusan de dumpin fiscal se les puede contestar que la medida acaba con el dumpin social: es decir, con el hábito de los nuevos países emergentes, por ejemplo China e India, de fastidiar a sus habitantes y competir en el mercado global a costa de las condiciones salariales de sus sufridos ciudadanos. En cualquier caso, la bajada del IRPF de Trump es buena, la bajada del impuesto sobre beneficios, menos buena, pero todo impuesto es malo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com