La ralentización de las exportaciones y el encarecimiento de las importaciones por el coste del petróleo y los productos derivados, provocaron un aumento del déficit comercial de Japón en julio, hasta 231.200 millones de yenes (1.900 millones de euros). Mientras las ventas al exterior crecieron un 3,9%, las importaciones, un 14,6%.

En junio, Japón registró superávit comercial, a diferencia de mayo, también con déficit por la compra de recursos energéticos en el extranjero.