BME ha obtenido un beneficio neto de 63,4 millones de euros en los seis primeros meses del año, tras sumar 31,8 millones en el segundo trimestre. Estos resultados suponen un retroceso del 11,8% y 6,6%, respectivamente, con una mejora del 0,9% frente al primer trimestre del ejercicio, ha informado la compañía.

Los ingresos netos del trimestre del operador de todos los mercados de valores y sistemas financieros de nuestro país ascendieron a 71 millones de euros, un 6,4% menos que un año antes. Entre enero y junio la reducción fue del 7,9%, hasta 142,5 millones. Los costes operativos fueron de 27,5 millones de euros en el trimestre y de 56 millones en el acumulado en el año, con caídas del 6,3% y 2,9% respectivamente. El Ebitda acumulado a junio se redujo un 10,8%, hasta situarse en 86,5 millones de euros, mientras que el beneficio por acción se colocó en 0,76 euros en el mismo periodo, lo que supone un descenso del 12%.

La ratio de ingresos no ligados a volúmenes sobre la base de costes alcanzó el 128%, tres puntos porcentuales por encima del nivel a junio de 2018 y 6 más que en el conjunto del año anterior. El progresivo aumento de este indicador es resultado del esfuerzo de diversificación y ampliación de las líneas de negocio de la compañía. La ratio de eficiencia se situó en el 39,3% y la rentabilidad sobre recursos propios, en el 31,7%. La diferencia respecto al valor medio de comparables del sector supera los 13 puntos porcentuales a favor de BME.

BME ha acordado distribuir un primer dividendo de 0,40 euros brutos por acción a cuenta de los beneficios del ejercicio 2019. El pago se realizará el próximo 13 de septiembre y será por el mismo importe que el distribuido en septiembre de 2018.