Descienden un 5,2% en agosto. La economía germana comienza a notar el recorte de la demanda exterior por la ralentización china y en los países emergentes. Alemania se enfría, pierde fuelle. Según la Oficina Federal de Estadísticas, las exportaciones descendieron un 5,2% en agosto, hasta 97.700 millones de euros, y las importaciones, un 3,1% (78.200 millones). El superávit comercial se redujo así a 19.600 millones de euros. No es el dato concreto, en este caso, lo que importa, como la tendencia que subyace. De hecho es el revés más fuerte en un mes desde noviembre de 2012. O en otras palabras: es el ritmo de caída más severo desde que estalló la crisis financiera. Las cifras siguen a otro dato negativo reciente: la caída en los pedidos y la producción industrial en agosto, un síntoma más del recorte de la demanda exterior, desde China o desde otros países emergentes. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com