La derecha española no tiene remedio. Justo cuando arrasaba en las encuestas sin que su líder, manteniendo una inveterada tradición en Génova, no se mojara ni en la ducha, justo cuando había adelantado a Sánchez, y no por méritos propios sino por el desastre pedrícola... el PP inicia otra guerra fratricida. En diciembre de 2021, Casado es menos alternativa al Frente Popular socio-podemita que en octubre de 2021. El asunto empieza a resultar jocoso y Yolanda Díaz -pobre vanidosa infeliz- ya piensa en desbancar a Pedro Sánchez para crear un liderazgo feminista. Está condenada, no sólo al fracaso sino también al ridículo.

Moreno Bonilla, otro progre pepero, hijo del marianismo, tiene la palabra. Veremos si obedece a Génova... y qué le ordena Génova

Es la diferencia entre la derecha y la izquierda españolas. La derecha airea sus trifulcas de salón mientras la izquierda utiliza la navaja en callejones oscuros, alejados de la cámaras... y ya se sabe que los muertos nunca hacen oposición interna. De ahí que Casado ande metido en trifulcas aireadas por Prisa y la RTVE -el aparato propagandístico de Moncloa, por ese orden- mientras nadie osa discrepar de Sánchez en público... bajo pena de ir mirando hacia atrás cuando salga de noche.

Volviendo al universo pepero. El casadismo -¡Qué apellido más difícil tiene este hombre para crearle un movimiento!- vive ahora mismo en la encrucijada andaluza. Casado debe elegir: o salva a Ciudadanos de la muerte u opta por Vox y entierra a doña Inés, doña Inés Arrimadas, naturalmente. Y todo ello a escenificar en Sevilla, mejor hoy que mañana.

Un detalle: el venenoso Núñez Feijóo enarbola la bandera socialdemócrata -más gasto- en la financiación autonómica...  para ser más progre que nadie. Esta es la perdición de la derecha española

Porque, si no opta por lo segundo, Ayuso le comerá la merienda. El líder de la derecha permanece en el limbo de la indefinición, el peor lugar para un político. Por un lado, debe elegir entre paganismo y cristianismo. Como es muy cobardón, por el momento, a pesar de ser un católico practicante, ha optado por ser un cristiano 'moderadito', que diría el catedrático Javier Paredes. Y en la segunda opción ideológica que debe asumir, entre liberalismo y socialdemocracia, naturalmente se atiene a lo segundo, por lo que el votante de derechas amante de ganarse el pan con el sudor de su frente, sin subvenciones públicas, naturalmente se cabrea con don Pablo: Casado tiene poco que ofrecerle.

En el entretanto, el inefable Juan Manuel Moreno Bonilla, otro progre pepero, hijo del marianismo, tiene la palabra. ¿Cuándo convocará elecciones y con qué objetivo? ¿Optará por Ciudadanos o por Vox? Veremos si obedece a Génova... y qué le ordena Génova.

Mientras Casado continúe atendiendo a los 'moderaditos' Egea, Moreno Bonilla, Fernández Mañueco o Núñez Feijóo, jamás resultará una alternativa creíble. Y encima, Ayuso, con más coraje que principios... le comerá la merienda

De cualquier forma, a lo mejor nos enteramos de si Moreno ha convocado -cuando convoque- realmente elecciones en Andalucía o no, porque, una pregunta, lector: ¿sería usted capaz de recordar una sola medida que haya tomado don Juan Manuel como presidente de la Junta de Andalucía? ¿A que no le ocurre lo mismo con Ayuso en Madrid, para bien o para mal?

Un detalle importante en la nueva trifulca de la derecha española: el venenoso Alberto Núñez Feijóo enarbola la bandera socialdemócrata -más gasto- en la financiación autonómica...  para ser más progre que nadie. Ese es el camino que siempre ha llevado a la derecha española a la oposición. Porque hablamos de una derecha que ha abjurado de sus principios morales -cristianos- y encima ha optado por la socialdemocracia. Oiga, para eso tenemos al PSOE. Sí, Sánchez es un radical, pero se disfraza de patriota y viste corbata. Es el que más miedo debería provocar de todos, mucho más que Podemos, pero su imagen es la de un estadista de derechas. Casado debe distinguirse por sus propuestas, cristianas en política y liberales en economía... o no se distinguirá nunca y muchos votantes moderados del PSOE y de Ciudadanos -sí, queda alguno, malpensados- seguirán apostando por el  más vale malo conocido que bueno por conocer.

El coraje siempre resulta admirable en un político. Como diría Iván Redondo: Díaz Ayuso tiene épica; Pablo Casado, no

Si Sanchez continúa hablando bajo y despacio, hasta una bestia guerracivilista, cristófoba, ignorante e insensata como el actual presidente del Gobierno, puede mantenerse en Moncloa por mucho tiempo. Recuerden que Juan Español es hoy un hombre aturdido, incapaz de analizar otra cosa que los últimos diez minutos. La crisis política española es tremenda, pero la crisis social española es terminal.

Volviendo al PP: mientras Casado continúe atendiendo a los 'moderaditos' Egea, Moreno Bonilla, Fernández Mañueco o Núñez Feijóo, jamás resultará una alternativa creíble. Y encima, Ayuso, con más coraje que principios... le comerá la merienda. El coraje siempre resulta admirable en un político. O como diría Iván Redondo: Ayuso tiene épica; Casado, no.