El reino dividido contra sí mismo,
va a la ruina y cae casa sobre casa.
¡Oh ceguera de los hombres! causa
de no ver la luz, por puro egoísmo,
 
y el rencor acendrado en su alma.
Y así en la misma piedra tropieza,
volviendo a la ruina y la pobreza;
al votar a la traicionera izquierda.
 
Culpable de la división de este reino,
culpable de nuestro enfrentamiento,
y de la degradación que lo atenaza.
 
¡Levantémonos, éste es el momento!
De alejar para siempre la amenaza,
de vivir en la mentira y la añagaza.