Camina, vuela muy ufano,
el desenterrador de huesos;
de los que dictadores fueron.
Va a la bella isla del Caribe,
que un día de España fuera,
y ahora libertad, añora y pena.
 
A cambio de pingues negocios:
¿exigirá una exhumación,
de quien el doble de tiempo,
aquellas bellas tierras gobernó?
Quién después de muerto gobierna,
y descansa en bello mausoleo.
 
¡Temblad, los que dictadores fuisteis!
¡Temblad, Mao, Lenin, Napoleón…!
En viajes sin descanso; camina,
vuela, el desenterrador de huesos.
Los que un día, dictadores fueron,
por él, serán sacados de sus mausoleos.