La vicepresidenta-ministra,
del gobierno matriarcal, que preside
el no electo, anuncia sin prisas,
que un diálogo se va a iniciar,
sincero, profundo, y sin cortapisas,
con los pobres e inocentes golpistas;
que separar y destruir, quieren,
la nación que gobierna la ministra.
 
Y los que en su día, enjaulados fueron
por tamaña traición y desafuero,
en un gesto alegre y distendido,
son sacados de sus jaulas con prisas,
y llevados a otras más cercanas,
de un aire, unas tierras, y sus casas;
que rumian solo suyas, exclusivas,
para el monólogo, sin cortapisas.
 
Y en este diálogo-monólogo
sin escollos, rémoras, restricciones;
enredados pueden verse, sin prisas,
los que al poder llegaron, con la ayuda
de los pobres e inocentes golpistas;
y encerrados en las mismas jaulas,
la alegre ministra y su “presi”,
por un diálogo, sin cortapisas.