¿Quién es el prójimo: el cercano o el lejano?
La vanidad del hombre, es la niebla que, oculta
A quien sufre la pobreza y el ostracismo
A nuestro lado, en la calle, en un banco;
Y dejamos sin mirar, por mirar a otro lado.
 
Es más atractivo y resplandeciente mirar al mar,
Al sol naciente; allí otros pobres se levantan,
O son perseguidos en sus tierras, en donde
Debían vivir, en justicia, en amor y caridad;
Y traerlos, envaneciéndonos de solidaridad.
 
Y en aquellas tierras dejamos que campe la injusticia,
El terror de la guerra, la hambruna; por las ambiciones
De quien a nuestro lado se sienta bien vestido,
En salones de pomposas, Unidas Instituciones.
No es caridad, ni solidaridad; es mera vanidad.
 
Y en las nuestras les damos cobijo y sustento,
Y agraviamos al cercano, por mirar a otro lado.
O al lejano que trajimos, en cercano convertimos;
Volviendo a sufrir la pobreza en el exilio,
En la calle, en un banco, a nuestro lado.