¡Vaya por dios, qué sorpresa!
el tal Sánchez ha realizado,
una campanuda promesa,
que creará ochocientos mil
empleos, en dos años.
Y el pueblo que es muy malo
ya está recordando, cuando
Felipe hizo la misma promesa,
y la convirtió en ochocientos o mil,
y terminó con afán creando
dos millones y medio de parados.
Y teniendo en cuenta que Sánchez,
no le llega al ínclito Felipe,
ni a la suela de sus zapatos,
hay que creer en la Providencia,
y pedir que nos libre, con diligencia,
de quien ha hecho la promesa,
que nos llevará sin indulgencia,
al paro, la ruina y la miseria.