¿Cómo están ustedes?
Preguntaban los payasos de la Tele.
¡¡Bien!! Contestaban nuestros niños.
¡Bienvenido D. Pepito!
¡Bienvenido D. José!
Exclamaban nuestros niños,
cuando solo eran niños
y, por las calles, podían correr.
Ahora, se ha perdido el ustedes,
y en niños y niñas se han convertido,
y quienes les hablan muy en serio,
son Pablito y Pedrito,
a los que el D. se les fue.
Y nuestros niños no exclaman,
ni contestan, ni preguntan:
¿por qué hay que ir al “Banco”, o al “Super”,
y por qué ya no pueden correr?
¿Por qué estos no tienen la nariz roja,
y por qué pinocho parecen ser?
Y nuestros niños con tristeza preguntan:
¿Por qué el Yayo no viene a casa?,
¿y la Yaya? ¿dónde se fue?