Tiene, la chulería por bandera,
y el rencor, como escudo y lanza,
exigiendo lo que sin pestañear,
él se pasa, de oreja a oreja.
En su gobierno, una ministra
que en Villarejo conciliábulo,
para chantajear a adversarios,
y ciertos tontos empresarios,
alabó crear una mancebía,
y atraparlos como a ratón incauto.
 
Plagiario presunto de una tesis,
que un doctorado lustroso le diera,
y siendo él, el ratón incauto,
que en trampa tan vanidosa cayera;
se alza en acusador de obstrucción
a la justicia, que él manipular quisiera;
y mientras, en coadjutor necesario,
se erige de sibilina manera,
de aquellos, que en rebelión se alzaron,
contra la nación, que él gobierna.
 
Su cara manifiesta
la visita del rencor,
que como lanza enseña.
 
La chulería de sus actos
y el desdén de sus maneras,
los lleva por bandera.
 
Todo le hace acreedor,
a que su caída sea,
un ejemplo, una enseña.