Es la feria de las vanidades,
superficial, gaseosa sociedad;
donde los contactos entre humanos
son extraños, al no verse, por lejanos.
Donde el pudor, no existe por vano;
donde la intimidad, se prostituye
y la inmensa ambición es el prado,
donde la envidia campa como pasto.
 
Es la feria de las vanidades,
donde sobran, el espíritu y el alma;
políticas, mundanas, sociales,
donde todo el mundo pretende
merecer, aquello que nada vale.
Ansiamos conseguir lo que queremos,
y si lo conseguimos, no nos basta,
al ver lo que exactamente vale.