La España que he vivido, no me arrepiento,
Después de un guerra, que se fue al olvido,
Librada entre hermanos, sin amor y sin cariño,
Lo primero que aprendí, fue el sufrimiento.
 
Luego vino el perdón, y el rencor se fue al olvido.
Y mirando al cielo azul de mi Andalucía,
Empecé a caminar con amor, esperanza y duda,
Paso a paso, con alegría de lo que he vivido.
 
Por ello admitir no puedo, ni permito,
Que el afán de poder reinstale el rencor,
Que con tanto amor enviamos al  olvido.
 
Hay que expulsar del poder, ese dañino rencor,
Que en su ambición, otros quieren renacido.
Y puedan vivir la España, que nosotros vivimos.