Quiere, que por su cara bonita
y haber ganado unas elecciones,
sin tener escaños suficientes,
ser investido presidente,
para un gobierno monocolor.
Más como en él es habitual,
ha sentado otro precedente:
primero mentir en la moción,
después el plagio de una tesis,
y no dimitir a continuación.
Y ahora veta a Pablo Iglesias,
para un gobierno de coalición.
Ya podemos decir contundentes,
que su partido tiene derecho
a optar, gobernar en coalición;
pero no, con Sánchez presidente,
ni con un gobierno monocolor.
Quien hace tiempo en España sobra,
no son los vetados antes y ahora
sino el empedernido vetador.