Ya va para más de dos años largos, que,
a quien desde entonces nos desgobierna,
y siendo todo un matriarcado,
el Gobierno, del que no lleva las riendas,
no se le cae de la boca: el diálogo.
 
Diálogo con los separatistas,
dialogo con los terroristas,
diálogo con los nacionalistas,
y sobre todo, diálogo con comunistas.
 
Diálogo con los empresarios:
a los que subvenciona y domina.
Diálogo con los sindicatos:
que son de su cuerda, y tiraniza.
 
Y en ese inagotable diálogo,
con todos los partidos y “partidas”,
con los que dice dialogar, sin pactar:
¿qué oscuras fuerzas están detrás?.
 
Pues termina queriendo imponer,
la que es su máxima ideal:
Obligado estarás a pactar,
lo que yo te quiera dictar…
si demócrata te quieres llamar”.
Cuando él no es demócrata, y nunca lo será.