Sociedad manipulada y frívola,
que cambia el pensamiento y la razón,
por una tecnología y un lenguaje,
que la va esclavizando, encadenando,
con cadenas invisibles, formadas
de carcasas semánticas huecas:
igualitarismo, que discrimina,
ecologismo, que dice defender la naturaleza,
y a la especie humana, martiriza y mata.
Y qué decir del inclusivo, que destaca
el hablar éste o aquel idioma,
o si eres alto o bajo, negro o blanco.
 
Sociedad manipulada y frívola
llena de expresiones resolutivas,
de mantras progres que los identifican:
de transición, hacia ninguna parte,
de motor de cambio, que no arranca nunca,
de impulso, hacia un abismo de miseria,
de eficiencia, llena de gas irresponsable,
y de estrategia, de mucha estrategia;
que enuncia, que no hay ningún proyecto
de conjunto, aunque lo parezca.
 
Sociedad manipulada y frívola,
por un negocio muy “interactivo”,
y sobre todo muy digital, que idiotiza:
con la gobernanza irresponsable,
la consolidación de la nada,
la conectividad de los “enchufes”,
la sostenibilidad sin cimientos,
y la resiliencia, ante la adversidad,
que los propios progres atizan y crean,
mientras ellos dicen, salvarnos de ella.