Santiago Abascal se ha enfrentado a la peligrosa Silvia Intxaurrondo, siempre dispuesta a hacer de activista de Pedro Sánchez. Nada original: simplemente doña Silvia daba por sentado que Vox está deseando que los hombres golpeen a las mujeres y el otro le ha respondido que dejen de demonizarlas. Abascal, bien por él, no acepta la gran mentira y la gran exageración de la violencia de género o violencia machista. No niega que exista violencia contra las mujeres porque no está ciego, pero sí niega que se les "demonice" asegurando precisamente eso. 

Vox le recordó a Intxaurrondo que son el único partido que ha pedido la prisión permanece revisable (punitivo, diría Irene Montero) para los violadores.

Vamos al fondo de la cuestión: el feminismo y los feministos aseguran que violencia machista es cuando un hombre mata a una mujer por el hecho de ser mujer. Esta es la base. Ahora bien, resulta que es falso. Moviola: no le pegan por ser mujer sino por ser 'su' mujer, lo cual es más grave, dicho sea de paso, pero es otra cosa distinta. Y esto, de la misma forma que la mujer no violenta al varón por ser hombre, sino por ser su hombre, su pareja. 

No es violencia machista es violencia familiar, producto de la crisis de la familia y del matrimonio. Hablamos de una pareja en la que el afecto se ha vuelto resentimiento, donde cada cual trata de hacer el mayor daño posible al otro, batalla en la que cada miembro de la pareja utiliza sus mejores armas contra el amigo que se ha vuelto enemigo. Los hombres, la fuerza bruta. Así de tremendo pero así de simple.

No, no existe la violencia machista. Vox tiene toda la razón y el PP ha quedado preso de ese su pertinaz intento de hacerse el moderno. Porque las medidas contra la violencia de género nunca acabarán con la violencia contra las mujeres. Si se une a otros tópicos feministas, como el de que los españoles son unos violadores mientras los inmigrantes son tremendamente respetuosos con las mujeres, particularmente los musulmanes, y si seguimos uniendo progreso a pornografía, que es lo que llevamos haciendo desde hace 25 años, pues entonces seguiremos viviendo en el actual infierno. Sobre todo, las mujeres.