- El gran peligro de nuestro tiempo: la profanación de la Eucaristía.
- Tras profanar la capilla de la Complutense se logró (Despacho López Diéguez) la condena, pero ella no dimite.
- Condenada nada menos que por atentar contra los derechos fundamentales -eso sí, con una pena poco ejemplarizante- la Seña Rita se siente defendida por la macedonia mental reinante y por su propia caradura.
- Y en la impunidad reina la crueldad.
Tolerancia cero con la profanación. De otra forma, la humanidad está perdida. Decía
Leonardo di Caprio, durante la última ceremonia de los
Oscar, que el mayor peligro de nuestro tiempo es el
cambio climático. Valiente chorrada. El mayor peligro de nuestro tiempo es la
profanación eucarística. Para quienes creen en la Eucaristía y para quienes no creen, por la evidencia de siempre: Dios existe o no existe independientemente de que las personas crean o no crean en él. Por las mismas, en el pan eucarístico está Dios -o no está-, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad… independientemente del porcentaje de probos ciudadanos que crean
o no crean en la Presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Mientras, la podemita
Rita Maestre (
en la imagen), una lumbrera de la nueva política española, ya proporciona pistas de por dónde va a ir el ataque.
A pesar de los esfuerzos del abogado
Rafael López Diéguez, que consiguió la condena de Maestre (
con una sentencia muy poco ejemplar, pero condena a la postre), la señá Rita Maestre no presenta su dimisión. En definitiva,
Rita Maestre actúa con impunidad y entre la impunidad y la crueldad hay poco espacio.
La impunidad, además, siempre resulta liberticida.
Con todo, me temo,
el problema no viene ni del tonto de Di Caprio ni de la tonta de Rita. El problema viene de dentro. La Eucaristía no sería profanada si los católicos estuviéramos dispuestos a dar la vida por defenderla.
Y la señá Rita no dimite.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com