• Eso queda para sus nietos.
  • También dice la OCDE que a los jóvenes no hay que explotarlos: pues que suba el Salario Mínimo.
  • Y que baje los impuestos laborales, e incentive la maternidad.
  • Por el contrario, el despido libre no es explotación: es lo justo.
La OCDE es un organismo multinacional. Al revés que el FMI, que es un banco, y el Banco Mundial, que es una ONG ideologizada, la OCDE se dedica a sus estudios, no tiene más compromisos que la solidez de sus juicios. Y echa muchas broncas: a Europa le ha dicho que acoja refugiados porque la emigración tiene un efecto económico positivoA España, que deje de explotar a los jóvenes. Entendámonos, en Hispanidad siempre hemos defendido que la emigración es malísima, por cuanto supone que una persona no puede vivir en su propio país de origen y se ve forzada a emigrar. Nadie emigra si se siente a gusto. Ahora bien, también ha defendido lo de la OCDE (en la imagen) y su capitoste del organismo, Ángel Gurría: sobre la economía del país de acogida puede tener efectos positivos. De entrada, los inmigrantes cubren aquellos puestos de trabajo que no quieren los nacionales. No, nos quitan puestos de trabajo, eso lo harán sus nietos. Además, incrementan la productividad porque trabajan duro: depende de ello su supervivencia. Esto resulta especialmente cierto en una sociedad envejecida como la europea o la española. Necesitan mano de obra joven en trabajos manuales. ¿O es que hemos olvidado que nuestro principal problema es una sociedad dramáticamente envejecida? Segunda bronca de la OCDE: tratamos mal a los jóvenes. Muy cierto, incluso peor que a los pensionistas. Rajoy repite mucho que los ancianos no tienen oportunidad de salir adelante, pero lo cierto es que los peor tratados en España son los jóvenes. Y no hay que hablar ni de minijobs ni de historias: la explotación laboral se cura con un salario mínimo adecuado, que no es tan mínimo como el español. Es decir, no suprimiendo el despido libre porque el despido libre es lo justo, sino con salarios dignos y con la paralela reducción de impuestos laborales (cuotas por IVA). Y contra la explotación laboral y contra el envejecimiento de la población se lucha con incentivos a la natalidad, especialmente con la instauración de un salario maternal, pues la incentivación de la natalidad constituye, en efecto, la cuarta pata del Estado del Bienestar. El salario maternal como el despido libre, es una cuestión de justicia. Eulogio López eulogio@hispanidad.com