No necesitamos escritores, necesitamos lectores
La sociedad de la información, ésta en la que vivimos, puede resumirse así: hay más actores que público. Y claro no parece que en el proscenio deba haber más gente que en la platea. Eso no funciona.
En consecuencia, no necesitamos escritores, sino lectores. Estos últimos abundan poco. La autoedición constituye el sígno de nuestro tiempo y, además, Internet se estira como un chicle… hasta el infinito y más allá. En la WWW cabe todo.
Dicho así no parece una gran cosa, ¿verdad? Pues yo creo que constituye una verdadera tragedia cotidiana. Por de pronto, hay un descenso vertiginoso en el ritmo de la lectura y en la calidad en la escritura y, por tanto, en la expresión. También hay un público indolente… porque no quiere ser público ni quiere aplaudir: quiere ser actor y que le aplaudan.
Así que la información de la sociedad de la información es... confusa