• Quiero decir que Lutero y sus seguidores son los culpables últimos de que Europa esté a punto de romperse.
  • El libre examen nos ha llevado a confundir moralidad con ilegalidad y pecado con delito.
  • Y de paso, ha traído la expansión del terror, un hombre que siente pánico ante el hombre y que se siente huérfano de Dios.
Decíamos ayer que ahora bien, se resquebraja porque el primer ministro británico, David Cameron exige al resto de los socios unas condiciones especiales que atentan contra la esencia misma de la Unión: ¿ciudadanos libres e iguales con los mismos derechos independiente de donde hayan nacido? No, no se rompe porque el Reino Unido se marche, se rompe porque Bruselas acepta que no se marche… a costa de ceder en sus principios fundacionales. El origen de esto está en la reforma protestante del amigo Martín Lutero. El más famoso libro de Belloc es El Estado Servil, de obligada lectura si se quiere saber algo de socialismo y capitalismo, las dos caras del Estado de los siervos al que nos ha devuelto la modernidad. Pero el asunto que nos ocupa está mejor detallado en su obra Europa y la fe, escrita bajo un aforismo definitivo: "La fe es Europa y Europa es la fe". Para Belloc, la consecuencias de Lutero son las siguientes: incremento de la ciencia física… que termina en que sólo lo demostrable empíricamente es aceptado. En segundo lugar, el triunfo del capitalismo, donde unos pocos toman la propiedad privada de muchos. (No se equivoquen, para Belloc el socialismo no es más que otra forma de capitalismo: el socialismo de Estado. En tercer lugar, otra de las consecuencias del luteranismo es la corrupción del principio de autoridad, que termina identificándose con la fuerza pública, es decir, con la fuerza. Lógico: el libre examen convierte a cada hombre en un ídolo para sí mismo, idolillo que no admite maestros, es decir, no admite la autoridad sino el poder. De ahí, claro, que se confunda moralidad con ilegalidad y pecado con delito. Esta considerable tragedia también es obra del gran Lutero. En cuarto lugar, volvemos al capitalismo, el incremento general, que no universal, de la riqueza. En efecto, el capitalismo debe su crédito al incremento de la riqueza, que no a su justa distribución. Quinta consecuencia del luteranismo según el maestro Belloc: escepticismo creciente y grotesca exaltación de la duda. Que, ojo, no sólo duda del Evangelio; también duda de la ciencia empírica, duda del hombre y acaba por dudar de la misma duda. Resultado: macedonia mental actual, ésta sí, universalizada y generalizada. Y como es natural, los efectos anteriores del luteranismo, concluye Hilaire Belloc, en "la progresiva extensión del terror". Que es lo que el autor franco-británico define como el aislamiento del alma, sólo ante el universo, aterrorizado ante el hombre, huérfano de Dios. Eulogio López eulogio@hispanidad.com