Baltasar Garzón está muy preocupado. En primer lugar, porque no sabe si Dolores Delgado, su lugarteniente, va a continuar como titular del Ministerio de Justicia, en cuyo caso el verdadero Ministro de justicia, él, perdería su cargo.

En público está muy preocupado por su defendido, Julián Assange, y con el derecho de asilo. 

Al parecer, siete años asilado en la embajada de Ecuador en Londres, no es suficiente.

Ahora bien, Assange no es un periodista, perseguido por su ejercicio. No es un periodista, es un ladrón de información. Si un periodista considera que los gobiernos son poco trasparentes –y está en lo cierto- deberá luchar por medios legales para que lo sean. No robar información para convertirse en el eje del mundo y para chantajear a los poderes públicos.

Eso no lo hacen los periodistas, sólo los ególatras.

Garzón insiste en que el derecho de asilo están en peligro en el mundo. Naturalmente, la culpa la tiene Estados Unidos. Ahora bien, ¿siete años en una embajada y resulta que se ha incumplido el derecho de asilo con Assange?