Comprendo que si unos salvajes entran en un semanario satírico y se dedican a asesinar a periodistas y dibujantes, nos llevemos las manos a la cabeza. Yo el primero. Es la barbarie islámica trasplantada a una de las grandes urbes occidentales.

Pero ningún problema es irresoluble (salvo el homicidio, claro porque nadie puede devolver la vida a los asesinados de Charlie Hebdo) si existe unanimidad en la opinión pública, ese elemento que, como recordaba Ortega,  siempre manda, tanto en las democracias como en las dictaduras.

La estupidez del Occidente cristiano: ya no se habla de fanatismo islámico sino de "fanatismo religioso

Me preocupan más las reacciones mediáticas, que siempre son las primeras y, a la postre, más influyentes. Sobre todo porque para honrar a las víctimas y condenar a sus asesinos no es necesario mentir, ni sobre los unos ni sobre los otros.

Ejemplo: una corresponsal de Televisión Española habla de la 'filosofía libertaria' de Charlie Hebdo. ¿Pero qué filosofía ni qué libertad? El semanario que ha sufrido este cruel atentado poco tenía de filosofía y menos de libertario. Se dedican a atacar, con rabia blasfema y saña sacrílega, y muchas ganas de hacer daño, a todas las religiones. A la que más, a la católica, no al Islam. Sus portadas son una ristra de blasfemias, actitud poco filosófica y poco libertaria, en cuanto machaca la libertad de los creyentes, que constituyen la inmensa mayoría de la humanidad. Su actitud recuerda aquella propuesta del anarquista Pierre-Joseph Proudhon, Filosofía de la Miseria, que fue respondida por Carlos Marx con esta otra: Miseria de la filosofía.

Otro corresponsal nos habla de "intolerancia religiosa". Y esto me recuerda lo que barruntaban los mineros de mi tierra asturiana cuando aparecía por allí un mesetario: "Joé con estos castellanos, qué raros son: les llamas hijos de puta y se enfadan".

Y luego está el juicio sobre los condenados, introducidos en el cajón de sastre de la "intolerancia religiosa". ¿Cómo que religiosa? Intolerancia islámica, señor mío, no cristiana. ¿O es que ha visto usted a 'ultracatólicos', que es como ahora se denomina a los católicos, armados con un kalashnikov entrar en un periódico y asesinar a todo aquel que se les ponga por delante en nombre de Cristo? Uno de los pocos articulistas sensatos que he leído hoy, en ABC, Ramón Pérez-Maura, habla de que no hay islamofobia en Europa, lo que hay que es cristianofobia.

¿Intolerancia religiosa? Intolerancia islámica y cristófoba de los analistas que callan como perros cuando los cristianos son asesinados en Oriente y cuando en Occidente la progresía hiere las creencias y principios cristianos hasta convertir la civilización cristiana en una blasfemia y sacrilegio continuados contra sí misma. Es el suicido de Europa.

Decíamos ayer que hay que exigir reciprocidad al Islam... y condenar la blasfemia y persecución contra los cristianos.

El problema europeo no es la islamofobia sino la cristofobia

Más tonterías: "el objetivo es dividir", asegura el inefable secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon. Venga ya... Los asesinos de París querían matar a quienes habían blasfemado contra su profeta. Los cristianos, por contra, que tenemos razones para estar aún mucho más hartos que los musulmanes, de los ataques contra Dios  respondemos con la palabra y se silencia nuestra protesta en nuestra propia tierra. Sólo que los cristianos respondemos con la oración y la palabra, no con kalashnikov. Y tenemos todo el derecho a responder.

Charlie Hebdo era un diario injusto, blasfemo, ofensivo y miserable. Quienes les han matado no eran unos intolerantes religiosos, eran unos intolerantes islámicos, miserables y canallas. Sus portadas eran injurias sin gracias, obsesionados con la homosexualidad, por cierto, no héroes ni mártires de la libertad de prensa.

A cada uno lo suyo. Y muchos de los que hoy se rasgan las vestiduras con los repugnantes asesinos de Charlie Hebdo callan o desprecian a los asesinos de los cristianos.

Nuestro mediocre presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habla de atentado contra lo más sagrado: nuestros derechos y libertades. Pues mire no: lo más sagrado para un cristiano es Cristo, dador de derechos y creador del hombre libre. Derechos y libertades, Mariano, que es lo que nos ha otorgado el Creador, señor Rajoy, el mismo al que masacraban los dibujantes de Charlie Hebdo, radicales de la injuria. Eso no justifica ni un adarme a sus miserables asesinos, pero explica su barbarie.

Creo que hay que hacer frente al Islam pero no soy Charlie Hebdo: no puedo serlo.

Y todo lo dicho se explicaría reproduciendo las portadas cristófobas y sin sentido de la revista satírica francesa: pero no me da la gana colaborar en la barbarie de la pluma como no pienso colaborar con la barbarie de la espada, siempre islámica, nunca cristiana.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com