Y Satán está a punto de alcanzar su máxima influencia en la historia: la blasfemia contra el Espíritu Santo.
El demonio es el mono de Dios e intenta imitarle.
Tiene su clero, sus misas blasfemas y una especial obsesión contra la Eucaristía.
Y como todo lo satánico, obsesionado contra la maternidad y contra la infancia.
No todos tienen la sensibilidad necesaria para distinguir entre el bien y el mal pero hasta un romo de espíritu distingue entre lo bello y lo feo.
Merece la pena emplear algo más de cuatro minutos, en escuchar a este sacerdote sin pelos en la lengua de qué hablamos cuando hablamos de Halloween. En RTVE han promocionado hasta la saciedad la fiestecita y, ante las advertencias con las que se topan, han comenzado a hablar de fiesta pagana. Desde luego, en el Santoral no figura Halloween.
https://www.youtube.com/watch?v=atT64UfHQUs
Pues no, no es pagana. El paganismo es la adoración de la naturaleza, sentido último de un hombre clásico que había alcanzado un alto grado de civilización.
Los hay que no entienden de ética pero sí de estética. Aún más, no todos tienen la sensibilidad necesaria para distinguir entre el bien y el mal pero basta un romo de espíritu para distinguir entre lo bello y lo feo. Sí, también en las señoras, aunque la caballerosidad imponga el silencio. Sin citar nombres: la que es guapa es guapa y la que es menos guapa… es más fea que Picio.
Es decir, que cualquiera con un mínimo de sentido común desconfiará de los disfraces de Halloween porque suponen una exaltación de lo feo, el feísmo demoniaco y antiartístico.
De la mano de la estética va la ética, y entonces es cuando empiezan a hablar de paganismo. Pero no, Halloween es mucho peor: es puro satanismo, en un momento en que Satán está a punto de alcanzar la blasfemia del Espíritu Santo, el punto álgido de su influencia en la historia: llamar bien al mal y mal al bien. Traducido: que los hombres, tras adorarse a sí mismos, le adoren a él, a La Bestia.
Esto es Halloween, mucho más que el 'truco o trato', aunque esa disyuntiva infantil provenga de las viejas religiones druídicas -satánicas- en las que al brujo había que ofrecerle sacrificios humanos -a ser posible, niños- y esclavas sexuales -a ser posible, vírgenes-.
No hay que extrañarse del asesinato ritual de doncellas y niños. Lo satánico siempre vive obsesionado contra la maternidad y contra la infancia.
Y por supuesto, Satán, el mono de Dios, imitador del Creador, tiene su clero, sus brujos y brujas, sus misas blasfemas y una especial obsesión contra la Eucaristía y contra la Santísima Virgen.
¿Alternativas a Halloween? La fiesta real, la de todos los santos, fiesta de la vida y de la muerte, convencidos de que la vida es eterna y de que la muerte no es el final. Alguien lo ha expresado así, y merece la pena leer estas líneas. Resultan mucho más creíbles cuando te explican de qué estamos hablando.
Por los que no están con nosotros. Por los que faltan y dejaron su ausencia escritas en recuerdos. Por aquellos que dejaron de ver nuestros ojos y nosotros los suyos, por aquellos que el corazón les falló y dejaron de escribir notas en la partitura de nuestra vida. Por aquellos que prometieron ser felices y murieron luchando por conseguirlo, por aquellos que no llegaron a serlo y por aquellos que murieron con una sonrisa en la cara tras años, y miles de recuerdos vividos. Acordemonos verdaderamente de ellos, los Santos de nuestras vidas.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
