• No es necesario insultar al difunto -no sirve para nada-, pero tampoco hay que mentir…
  • Fidel era un dictador que hizo mucho daño a mucha gente.
  • Ahora es el momento de lanzarse a la yugular del Castrismo y derribar al régimen cubano.
  • ¿Se terminará la tiranía cubana con la muerte de Fidel? Me temo que no pero, al menos, es el comienzo del fin.
  • Donald Trump, como siempre, se ha mostrado crudo, pero Barack Obama, como siempre, se ha mostrado progre, lamigoso y embustero. 
  • Y en cuanto al Gobierno Rajoy… A su astuto ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, ya podemos calificarle como el pelota mayor de los déspotas.   

Si no puedes alabar, cállate, aseguraba san Josemaría Escrivá de Balaguer. Buen consejo para la muerte de Fidel Castro (en la imagen). Como recién difunto, no es necesario ensañarse con él. Pero no podemos evitar que Guillermo Fariñas y otros opositores que han sufrido las torturas de Castro hagan fiesta por ello, de la misma forma que los chinos que sufrieron a Mao  bailarán de alegría, no por su muerte, sino por lo que podría significar su muerte. Y lo mismo puede decirse de los rusos tras la muerte de Stalin y eso que tardaron muchos años antes de que la URSS se desintegrara. Así, podríamos preguntarnos: ¿Se acabará el castrismo con Fidel? Desgraciadamente no lo creo, pero, al menos, ha comenzado el principio del fin. De nada vale, tampoco, utilizar frases tan neutras como estúpidas. Por ejemplo: "Fidel Castro marcó la historia de Hispanoamérica y del mundo". Pues no, marcó la historia de los cubanos para mal, y poco más. Allá donde llegó la influencia de la teología de  la liberación. Nada más. Fidel Castro ha muerto, ahora hay que eliminar el mito de Fidel. Donald Trump, como siempre, se ha mostrado crudo, pero Barack Obama, como siempre, se ha mostrado embustero. Y del Gobierno Rajoy, a su astuto ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, ya podemos calificar como el pelota mayor de los déspotas. Vergüenza de España. Y no hay peor autocracia que la mentira. Para que una dictadura se eternice, no hay nada como mitificar al tirano. Es lo que ha perpetrado ese desastre con patas que es el presidente saliente de Estados Unidos, llamado Barack Obama. Ahora no es el momento de alabar a Castro: es el momento de lanzarse a la yugular del Régimen de La Habana. Eulogio López eulogio@hispanidad.com